POLARIZADOS

Política, uno de los temas más complejos de tratar. Dice el dicho que “En la mesa no se habla de política, religión ni futbol.” Derecha e Izquierda, hace unos meses Apruebo o Rechazo, Trump o Biden, Herodianos o Zelotes, Pescadores o Publicanos, Arminianos o Calvinistas, etc.

Hace nos meses con un grupo de amigos estábamos revisando nuestras fotos en redes sociales, y salió entre mis fotos mi pasado revolucionario, Gonzalo con un lienzo en mano, pañoleta al cuello y la mejor pose revolucionaria. Luego de ver la foto una amiga me dice “Eras perfecto, pololeable”, claramente en tono de broma, aunque con un dejo de verdad. El rechazo a relacionarse con alguien con un pensamiento distinto al propio (dado que actualmente no marcho para expresar mi descontento y en el pasado de la foto sí). La palabra de Dios nos enseña en Mateo 7:16 que por el fruto conocemos al árbol. Hoy los cristianos ya no juzgamos a alguien por su fruto, le juzgamos por si aprueba o rechaza, le juzgamos por si es arminiano o calvinista, quizá si es pentecostal, bautista, presbiteriano, luterano, etc. No nos importa como sea su vida, no importa si es una persona recta, o de valores marcados, no importa si es solidario, si es “comunacho” (para un derechista) o si es “facho” (para un izquierdista) es mala persona. No me puedo relacionar con él o ella.

Juan 13:35 dice: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Creo que no requiere de mayor interpretación.

Es necesario al parecer en estos tiempos recordar al círculo cercano del Maestro, Zelotes y Herodianos, pescadores oprimidos por los impuestos y un recaudador de impuestos. Todos conviviendo en armonía y paz. Y con un distintivo, con solo alguien en común que los hacía diferente, Cristo. Jesús no les amó a los zelotes por el sentido de justicia social que tenían, tampoco amó a los herodianos por la obediencia civil que tenían al imperio. No amó más a Pedro por ser el pescador oprimido, ni amó menos a Mateo por ser el recaudador opresor. De ambos lados recibieron el mismo amor porque todos tenían algo en común aparte de Cristo. Todo necesitaban al salvador. Y es precisamente eso lo que no podemos olvidar como evangélicos (portadores de la buena noticia), no podemos olvidar que el mensaje de Dios es universal, que la cruz de Cristo es la medicina para todo aquel que necesita del gran médico. No podemos olvidar que las medicinas de este mundo (léase ideologías, partidos, filosofías y religiones) no son más que placebos, que solo pueden adormecernos ante el gran problema del hombre, un corazón perverso, que solo puede ser reemplazado por Cristo.

En tiempos como estos, es primordial recordar nuestro nombre “evangélicos”, no canutos. Somos evangélicos, porque portamos una buena noticia, que es para todos aquellos que viven en el mundo de una mala noticia. Y que solo Jesús y nadie más que Jesús es “el camino, la verdad y la vida” solo él es el Cristo.

Y por último, sí. Él es el Cristo… no hay esperanza, no hay justicia de ningún tipo, sino es por medio de Jesús. No hay ley suficiente, no hay filosofía suficiente sino es Cristo. Hoy el mundo dice “Ahí viene el Cristo” (ideologías) pero recordemos el consejo de la palabra. No miremos cuando se diga esto. Por el contrario, mantengamos nuestra mirada en el único Cristo, y que cuando nos vean se diga. “Ahí está el portador del Cristo”, “Ahí viene el pequeño Cristo.”

Por Gonzalo Vega
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