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Historias relacionadas con Justicia

Justificación por acusación

JUSTIFICACIÓN

POR ACUSACIÓN 

Hace unos días me encontré con un post con las siguientes declaraciones:Violencia es que vendan un departamento de 17M2 a 2.200 UF, Saqueo es que un universitario tenga que pagar por 20 años lo que un diputado gana en dos meses, Saqueo es que seamos el único país con aguas privatizadas, Violento es que la pensión de un militar sea de 900.000 mientras que la de un profesor sea solo de 200.000, Saqueo es que el mismo remedio en una farmacia popular cueste 2280 y en farmacias ahumada 40.220, Violento es que las forestales tengan más derecho a las tierras y al agua, que las propias comunidades mapuches, Violencia es declararle la guerra a tu propio pueblo, Saqueo es que Piñera haya evadido en impuestos lo equivalente a que tu evadas durante 909 años el metro, Destruir algo creado por el hombre lo llaman vandalismo, pero destruir algo creado por la naturaleza lo llaman progreso.”

Lo más curioso de este post es que lo habían compartido muchos hermanos en la fe. Y sí, digo hermanos en la fe, porque, aunque considero que bíblicamente incurren en un error al compartir afirmaciones como las anteriores, siguen siendo hermanos. No condenados al infierno, no menos cristianos o más cristianos, simplemente cristianos. Hombres y mujeres sujetos a error, y que día a día han de ser perfeccionados, como aquellos que quizá no comparten dicho tipo de declaraciones, pero que incurren en otro tipo de errores y aun así son perdonados por Dios, no porque sus errores sean más o menos grandes, sino que son perdonados porque han creído en el sacrificio de Cristo Jesús como sacrificio suficiente.

Pero me parece necesario entrar en esta materia, ya que día a día este tipo de falacias argumentativas se hacen más presentes. Me justifico acusando que el otro también lo hace. O invalido lo que me dice alguien por quien lo dice. En su momento Jesús también combatió esta lógica de pensamiento. Así es, acompáñeme a Mateo 23:3 donde Jesús nos declara:
“Así que, todo lo que os digan que guardéis, guardadlo y hacedlo; mas no hagáis conforme a sus obras, porque dicen, y no hacen”.

Al parecer, muchos desde ese tiempo se justificaban acusando la injusticia de otros, “Es que los políticos no tienen derecho a decir que eso es un saqueo, porque ellos también saquean.” Sin embargo, debemos recordar que nosotros como cristianos no obedecemos a la ley porque quien la dicte, la cumpla o no, nosotros como cristianos obedecemos porque a Dios le agrada que seamos obedientes. Pero actualmente caemos constantemente en lo que se denomina como “Falacia Ad Hominem” o falacia hacia el hombre o al hombre, es decir, invalidar un argumento sin importar el peso que tenga solamente por quien lo dice. Lo cual también ocurre a la inversa. También avalamos lo que dice alguien, porque nos parece que quien lo dice es creíble. Pero para fines prácticos, un argumento, no es válido o invalido por su emisor, el argumento se debe validar a sí mismo, no el emisor a su argumento.

Y es lo que está diciendo Jesús al Pueblo; quienes les emiten el mensaje, no son para nada los más aptos, pero el mensaje que les entregan es real, y deben tomar ese mensaje.

Hoy, como cristianos, debemos ser claros y cuando se incurre en un acto de violencia, sea del lado que sea, debemos condenarlo. No devolviendo el golpe como muchos cristianos hoy creen, sino acusar la injusticia del modo en que Juan el Bautista lo hizo, pero no del modo que los Zelotes (vía armada) lo hacían. Y sí, palos y piedras también son armas si les das ese uso.

En conclusión, para el cristiano, no es válido ante Dios, justificarse en el pecado del prójimo. Obedecemos por amor a Dios y en esto Dios se glorifica. Con esto no estoy diciendo que no podemos luchar en pro de la justicia, sin embargo, la justicia parte en casa, antes de reclamar por pensiones dignas, ayudemos a los hermanos y a las hermanas de nuestras iglesias que tienen necesidad y trabajemos para tener que compartir como nos enseña la biblia. Recién entonces tendremos el derecho de tomar una pancarta y decir con moral que los pobres necesitan ayuda. Tomemos primeramente la escoba en casa y luego vayamos a limpiar las calles, porque de lo contrario, nuestra protesta y acusación es igual de inmoral que aquellos a quienes acusamos.

Por Gonzalo Vega
Iglesia del Evangelio Cuadrangular Templo Elim

Polarizados

POLARIZADOS

Política, uno de los temas más complejos de tratar. Dice el dicho que “En la mesa no se habla de política, religión ni futbol.” Derecha e Izquierda, hace unos meses Apruebo o Rechazo, Trump o Biden, Herodianos o Zelotes, Pescadores o Publicanos, Arminianos o Calvinistas, etc.

Hace nos meses con un grupo de amigos estábamos revisando nuestras fotos en redes sociales, y salió entre mis fotos mi pasado revolucionario, Gonzalo con un lienzo en mano, pañoleta al cuello y la mejor pose revolucionaria. Luego de ver la foto una amiga me dice “Eras perfecto, pololeable”, claramente en tono de broma, aunque con un dejo de verdad. El rechazo a relacionarse con alguien con un pensamiento distinto al propio (dado que actualmente no marcho para expresar mi descontento y en el pasado de la foto sí). La palabra de Dios nos enseña en Mateo 7:16 que por el fruto conocemos al árbol. Hoy los cristianos ya no juzgamos a alguien por su fruto, le juzgamos por si aprueba o rechaza, le juzgamos por si es arminiano o calvinista, quizá si es pentecostal, bautista, presbiteriano, luterano, etc. No nos importa como sea su vida, no importa si es una persona recta, o de valores marcados, no importa si es solidario, si es “comunacho” (para un derechista) o si es “facho” (para un izquierdista) es mala persona. No me puedo relacionar con él o ella.

Juan 13:35 dice: “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.” Creo que no requiere de mayor interpretación.

Es necesario al parecer en estos tiempos recordar al círculo cercano del Maestro, Zelotes y Herodianos, pescadores oprimidos por los impuestos y un recaudador de impuestos. Todos conviviendo en armonía y paz. Y con un distintivo, con solo alguien en común que los hacía diferente, Cristo. Jesús no les amó a los zelotes por el sentido de justicia social que tenían, tampoco amó a los herodianos por la obediencia civil que tenían al imperio. No amó más a Pedro por ser el pescador oprimido, ni amó menos a Mateo por ser el recaudador opresor. De ambos lados recibieron el mismo amor porque todos tenían algo en común aparte de Cristo. Todo necesitaban al salvador. Y es precisamente eso lo que no podemos olvidar como evangélicos (portadores de la buena noticia), no podemos olvidar que el mensaje de Dios es universal, que la cruz de Cristo es la medicina para todo aquel que necesita del gran médico. No podemos olvidar que las medicinas de este mundo (léase ideologías, partidos, filosofías y religiones) no son más que placebos, que solo pueden adormecernos ante el gran problema del hombre, un corazón perverso, que solo puede ser reemplazado por Cristo.

En tiempos como estos, es primordial recordar nuestro nombre “evangélicos”, no canutos. Somos evangélicos, porque portamos una buena noticia, que es para todos aquellos que viven en el mundo de una mala noticia. Y que solo Jesús y nadie más que Jesús es “el camino, la verdad y la vida” solo él es el Cristo.

Y por último, sí. Él es el Cristo… no hay esperanza, no hay justicia de ningún tipo, sino es por medio de Jesús. No hay ley suficiente, no hay filosofía suficiente sino es Cristo. Hoy el mundo dice “Ahí viene el Cristo” (ideologías) pero recordemos el consejo de la palabra. No miremos cuando se diga esto. Por el contrario, mantengamos nuestra mirada en el único Cristo, y que cuando nos vean se diga. “Ahí está el portador del Cristo”, “Ahí viene el pequeño Cristo.”

Por Gonzalo Vega
Iglesia del Evangelio Cuadrangular Templo Elim

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