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TENTACIÓN SEXUAL

TENTACIÓN SEXUAL

Respuestas sencillas a preguntas difíciles: Cómo Afrontar la Tentación Sexual

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 

  • En el noviazgo, ¿cuándo comienza la tentación sexual?

 

La tentación sexual aparece antes de que comience el noviazgo. ¿Por qué? Porque no te pondrías de novio/a con una persona, a menos que te provoque un montón de sensaciones. Inicias un noviazgo con alguien que te gusta y cuando la relación avanza a etapas de mayor intimidad, el deseo por tener relaciones sexuales simplemente surge y eso no es pecado, pero ceder ante este deseo sin estar casado, sí lo es.

 

  • ¿Cómo hacer para no tener relaciones con mi novio/a?

 

El secreto es que, durante el noviazgo, crezcan en amistad y posterguen lo físico. Ser sensatos es charlar más y besarse menos; más comunicación y menos caricias. Es difícil, lo sabemos; pero, si se cambian las prioridades, es decir, se da atención a lo físico únicamente, puede ser que terminen manteniendo relaciones sexuales fuera del ámbito establecido por Dios, con toda la carga de culpa que ello implica, o que permanezcan atados a un noviazgo no saludable.

 

  • ¿Podemos comparar al deseo sexual con el hambre o la sed?

 

De ninguna manera. El hambre y la sed son necesidades esenciales que deben satisfacerse para conservar la vida. El sexo es un deseo que tú puedes controlar; dicho en otras palabras, nadie se murió por no tener relaciones sexuales. El impulso sexual es bien dominable.

En una ocasión, se acercó un joven después de terminada la reunión, para solicitar oración a fin de no tener más deseos sexuales. Expresó: “tengo mi novia que es muy linda, pero no podemos casarnos ahora y yo quiero que oren para que el deseo de tener relaciones sexuales con ella desaparezca”.

Le contestamos: “no podemos orar por eso, es contrario a la ley natural. Dios te creó con el impulso sexual, pero tú tienes la responsabilidad de manejarlo. Podemos orar por trabajo, para que puedas casarte, por fortaleza para no caer en pecado, pero nunca para que no tengas deseos. Eso es absurdo”.

     Concluimos diciendo que los órganos sexuales no nos controlan a nosotros sino que nosotros los controlamos.

 

  • ¿Cómo vencer la tentación sexual?

 

El diablo usa la sexualidad como una de sus armas más poderosas. Él quiere hacer que los puros se sientan impuros, con la esperanza de que también actúen de manera impura. Beth Moore dice: “Satanás desea socavar la obra santificadora de Cristo y sabe que todo cristiano ha sido ‘apartado’ de lo inmundo para ser limpio y de lo profano para ser santo. También sabe que cuando los cristianos actúan como la gente santa que son, Dios obra maravillas en medio de ellos (Josué 3:5). Sin pureza no hay poder. Con pureza, el poder no tiene límites. Satanás es loco, pero no tonto”.

 

He aquí algunos consejos prácticos:

  1. Acepta que serás tentado, pero no cedas a la tentación. Serás tentado sexualmente alguna vez en tu vida. Acepta ese hecho; es inevitable. La Biblia dice: “Cuando sean tentados”(Santiago 1:13), no dice: “Si son tentados”. Pablo aconseja: “Ustedes no han sufrido ninguna tentación que no sea común al género humano”, 1ª Corintios 10:13 (NVI).

Lo que no debes aceptar es ceder a la tentación. “Dichoso el hombre que no cede a hacer lo malo cuando es tentado, porque un día recibirá la corona de vida que Dios ha prometido a los que lo aman”, Santiago 1:12 (BAD).

 

El diablo es el tentador, pero la tentación no está fuera de ti, sino adentro, en tu mente. Jesús dijo: “Porque de adentro, del corazón humano, salen los malos pensamientos, la inmoralidad sexual…”, Marcos 7:21. La Biblia nos dice que hay “un ejército de malos deseos dentro de nosotros”, Santiago 4:1 (BAD).

 

Satanás te dirá que cumplas con esos deseos: ‘será reconfortante’, ‘será la mejor experiencia de tu vida, ‘te hará sentir especial’. No lo escuches ni le creas. Aléjate de él y de sus pérfidas sugerencias.

 

  1. Reconoce aquello que te tienta y prepárate. Rick Warren, en su libro Una vida con propósito, expresa: “Ciertas situaciones te hacen más vulnerables a la tentación que otras. Algunas circunstancias te harán tropezar casi de inmediato, mientras que otras no te molestarán mucho. Pregúntate: ‘¿Cuándo me siento más tentado? ¿Qué día de la semana? ¿A qué hora del día? ¿Dónde me siento más tentado? ¿En el trabajo? ¿En casa? ¿En casa de un amigo? ¿Quién está conmigo cuando soy más tentado?’. Presta atención si la tentación aparece cuando estás cansado, solo, aburrido, deprimido o bajo estrés. Debes identificar tu modelo particular de tentación y luego prepararte para evitar esas situaciones tanto como sea posible”.17

 

  1. No te dejes engañar. La inmoralidad es una elección. “No es algo que le ocurre a la gente. Es algo que la gente hace que le ocurra”.18En otras palabras, la inmoralidad no te elige, tú la elijes a ella, o elijes evitarla. Si dependes de Dios cada día y tomas pasos deliberados y progresivos para cultivar la pureza, podrás evitar caer frente a la tentación.

 

  1. Coloca freno a tus ojos. La mayoría de las tentaciones comienzan por la vista, Génesis 3:6; Josué 7:21.

Cuatro palabras constituyen los peldaños en la escalera descendente al pecado: ver, codiciar, tomar y esconder. “Sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer… y envió David mensajeros y la tomó…”, 2º Samuel 11:2-4.

No debes ignorar que tus ojos son órganos sexuales muy poderosos. Helen Fisher dice: “Tal vez sean los ojos y no el corazón, ni los genitales ni el cerebro, los órganos donde se inicia el romance”.19

Jesús nos advirtió diciendo: “Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno”, Mateo 5:29 (NVI). Dios no te dice que andes tuerto, sino que seas drástico, tajante y radical frente a la tentación sexual.

Job tiene un buen consejo: “Hice pacto con mis ojos; ¿cómo, pues, había yo de mirar a una mujer para codiciarla?”, Job 31:1.

     Un pacto con los ojos es una buena decisión para evitar todo pecado sexual.

 

  1. Sustituye un pensamiento malo por uno bueno. Un antiguo adagio latino dice: ‘principiis obsta’ que significa ‘resiste al comienzo’. La tentación procura captar tu atención. La mejor manera de evitarla no es solo resistir a un pensamiento malo, sino sustituirlo por uno bueno. El secreto de tu éxito radica en tu mente. “Hacer caso omiso de una tentación es más eficaz que luchar contra ella. En cuanto tu mente está en otra cosa, la tentación pierde su poder. Los pensamientos malos se derrotan pensando en algo mejor. Así que, cuando la tentación te llame por teléfono, no discutas con ella, ¡simplemente cuelga!”.20

 

  1. Huye de la inmoralidad. Aléjate de los sitios que te tienten a pecar. Saca la computadora de tu habitación y colócala a la vista de todos. Si es necesario, ponle una contraseña que solo un familiar conozca. Recuerda que tu primera tarea no es resistir, sino huir. Huye de la tentación, así como también de la compañía de aquellos que pueden hacerte caer en el lazo de la seducción.

José fue un joven que enfrentó con éxito la presión sexual, Génesis 39:12.

1ª Corintios 6:18 dice: “Huyan de la inmoralidad sexual…” (NVI).

 

Contra el diablo, el consejo bíblico es resistir y él huirá; contra la flaqueza espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra el pecado sexual, el mandamiento es huir. De ningún otro pecado la Biblia nos manda a huir sino de la idolatría y de la fornicación, 1ª Corintios 10:14 y 6:18. En otras palabras, cuando se trata de tentaciones sexuales, dice Dios, sé un cobarde.

 

Extraído del libro “De eso aquí se habla. Sexo: respuestas sencillas a preguntas difíciles” – José Luis Cinalli y Silvia Cinalli

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “Tentación sexual”

 

 

LA PRUEBA DEL AMOR

LA PRUEBA DEL AMOR

¿Cómo Vencer la Tentación Sexual?

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 

  • Pon un freno a tus ojos.

Alguien dijo una vez: “No está mal mirar a una chica, lo que está mal es desnudarla con la mirada”. Un pastor dijo: “La primera mirada no está mal, sino la segunda”. Entonces un joven levantó la mano y preguntó: “pastor, usted dice que la primera mirada no está mal”. Sí, dijo el predicador. El joven volvió a insistir: “Y usted dice que la segunda mirada sí está mal”. Sí, volvió a responder el pastor. Aquel joven terminó preguntando:“¿Y cuán laaaaarga puede ser esa primera mirada?”.

Recuerda que los pecados de varios personajes bíblicos comenzaron con la vista. “Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto…”, Génesis 3:6.

Nota: hay tres palabras que constituyen los peldaños en la escalera descendente al pecado: ver, codiciar y tomar.

 

El caso de David no es menos desagradable. El capítulo 11 del segundo libro de Samuel nos comenta la triste historia del hombre a quien Dios había llamado “varón conforme a mi corazón”: “Sucedió un día, al caer la tarde, que se levantó David de su lecho y se paseaba sobre el terrado de la casa real; y vio desde el terrado a una mujer…”, 2º Samuel 11:2. El versículo 4 dice: “Y envió David mensajeros y la tomó…”

Jesús nos advirtió diciendo: “Por tanto, si tu ojo derecho te hace pecar, sácatelo y tíralo. Más te vale perder una sola parte de tu cuerpo, y no que todo él sea arrojado al infierno”, Mateo 5:29 NVI.

 

Además, Jesús dijo: “El ojo es la lámpara del cuerpo. Por tanto, si tu visión es clara, todo tu ser disfrutará de la luz”, Mateo 6:22 NVI.

 

No debes ignorar que los ojos son órganos sexuales muy poderosos. Helen Fisher dice que “tal vez sean los ojos y no el corazón, ni los genitales ni el cerebro, los órganos donde se inicia el romance, pues es la mirada penetrante la que provoca la sonrisa humana”.

 

Además, se ha comprobado que la mirada fija de dos o tres segundos puede reflejar un deseo sexual intenso. En otras palabras, si un joven tiene cierto interés por una chica o viceversa, sus pupilas se agrandan.

Los traficantes chinos de jade establecían los precios según lo que se le ensanchaba la pupila a su cliente.

Las pupilas de hombres y mujeres se dilatan cuando ven la imagen de un desnudo del sexo contrario. Las cortesanas o prostitutas han utilizado durante muchos siglos la belladona para dilatar las pupilas, y varios pintores del siglo veinte pintaron sus desnudos con pupilas enormes. Se ha descubierto entonces que las pupilas dilatadas son señales sexuales manifiestas.

 

Por tanto, ten cuidado con tus ojos. Una mirada codiciosa conduce a menudo a pensamientos pecaminosos que pueden dar lugar a una acción inmoral. Job tiene un buen consejo que darte: “Hice pacto con mis ojos; ¿Cómo, pues, había yo de mirar a una virgen?”. Un pacto con los ojos es una buena decisión para evitar todo pecado sexual.

 

  • José fue un joven que enfrentó con éxito la presión sexual.

La esposa de Potifar lo acosaba de día en día mediante propuestas e insinuaciones inmorales. Hasta que llegó el día en que ella lo planeó todo. Despidió la servidumbre del palacio y esperó sola por él. Se necesita gran valentía y una profunda convicción de temor a Dios para resistir tal embate y tal presión, pero José lo hizo huyendo: “…él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió”, Génesis 39:12.

Pablo en 1ª Corintios 6: 18 dice: Huyan de la inmoralidad sexual…” NVI.

Igualmente le escribe al joven Timoteo en estos términos: Huye de las malas pasiones de la juventud…”, 2ª Timoteo 2:22 NVI.

Contra el diablo, el consejo bíblico es que lo resistas y él huirá; contra la flaqueza espiritual, Jesús nos exhortó a velar; pero contra la fornicación, el mandamiento es HUIR.

De ningún otro pecado la Biblia nos manda a huir sino de la idolatría y de la fornicación, 1ª Corintios 10:14 y 6:18.

Huir no es cobardía, sino valentía. Puede implicar un gran precio: que seas rechazado, criticado, incomprendido y aun menoscabado en tus intereses. Es el caso de Gabriela, una estudiante universitaria que se enfrentó a una experiencia fuerte de presión sexual. Una de esas chicas inocentes, sin maldad, proveniente del interior de una provincia del norte argentino. Al tiempo de ingresar en la universidad, se trasladó a la capital. Allí tomó una materia con cátedra única. En cierta oportunidad, ella quedó después de la clase, en el aula, con la intención de hacerle a su profesor una pregunta relativa al tema estudiado. Él comenzó a hacerle algunas insinuaciones amorosas. Aquel profesor comenzó un trabajo muy fino y psicológico en la mente de la muchacha. La presión se hizo cada vez más intensa y, ante la negativa de ella a ceder a tal acoso sexual, él la amenazó con hacerle perder la materia, en estos términos: “o haces el amor conmigo o nos vemos las caras nuevamente el próximo año”.

Casi al borde de la desesperación, con algunos kilos menos en su peso y con gran tristeza vino a vernos. Nuestro consejo fue que permanezca fiel al Señor. El fin de la historia se resumen así: recursó la materia.

Mira, ser fiel al Señor tiene un precio que puede ser alto en algunas oportunidades. Para José implicó la cárcel y para Gabriela, perder una materia; pero jamás dudes de que la recompensa de Dios por tu fidelidad en nada puede compararse a estas pérdidas.

 

  • Considera la abstinencia como un derecho.

El no tener actividad sexual es uno de los incluidos en la Declaración de Derechos Sexuales y Reproductivos. No aceptes que te discriminen. No ignores que no puedes sentir culpa y a la vez placer; esas dos vivencias juntas son imposibles. No permitas que la presión del grupo te lleve a dejar de lado tus convicciones.

 

  • No cedas ante palabras seductoras.

Si un joven o una jovencita se ha propuesto tener relaciones sexuales contigo, puedes esperar cualquier cosa. Entre ellas, el viejo truco de las palabras seductoras. Hay algunas frases que son tan comunes en la China como en la Argentina.

Tu objetivo debe ser no pecar. Entonces no hagas nada que te lleve a pecar. Las caricias en los pechos, los besos apasionados en zonas eróticas como el cuello, el lóbulo de la oreja o las caricias suaves en las piernas te estimulan a desear mucho más. Y siempre seguirán donde dejaron la última vez. Hay señales que te advierten de posibles peligros. Son como semáforos que, del verde, se pasan al amarillo y, del amarillo, al rojo; una vez que se cruza, es imposible regresar. Hay una línea de no retorno donde tu excitación y estímulo serán tan intensos que se volverán irresistibles. No olvides: relación sexual no es solo penetración.

 

Extraído del libro “Lo que siempre quisiste saber y nunca te animaste a preguntar” – José Luis Cinalli y Silvia Cinalli

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “La prueba del amor”

 

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