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Historias relacionadas con psicología

CONVIVENCIA FAMILIAR Y CUARENTENA

Cuando la convivencia y la cuarentena es un problema en la familia.

La pandemia del COVID-19 ha provocado severos cambios en nuestra forma habitual de vivir, de hecho, todo nuestro estilo de vida ha tenido que modificarse a causa de las medidas sanitarias que hemos adoptado para proteger nuestra salud y a las personas que más amamos. Este tiempo de COVID-19 ha sido un verdadero tiempo de prueba, de desierto, de pasar por fuego en diversas áreas de nuestra vida. No sólo hemos tenido que cambiar la forma de trabajar, educarnos o congregarnos, sino que lo más importante es que hemos tenido que enfrentar con todo aquello que evitábamos ver, que postergábamos, que huíamos mediante el trabajo o alguna actividad fuera del hogar. Este tiempo ha sido para muchas familias una prueba de fuego donde hemos podido apreciar cuánto amor, respeto, confianza y tolerancia nos tenemos entre nosotros.

 

El problema de la convivencia en cuarentena

 

Cuando el fuego pasa por la vida del ser humano surge lo mejor y lo peor de él, saliendo a la luz lo que verdaderamente hay en nuestro corazón, es así como podemos cómo ha aumentado la agresividad en un sin número de personas, las faltas de respeto, la incomprensión y el egoísmo. Sin embargo, también podido ver en otros que se ha hecho visible la resiliencia, la solidaridad, el compañerismo y la unidad. Si te fijas es la misma prueba para todos, pero reaccionamos de manera diferente ¿por qué?, porque, así como dice en Lucas 6:45 (TLA) “La gente buena siempre hace el bien, porque el bien habita en su corazón. La gente mala siempre hace el mal, porque en su corazón está el mal. Las palabras que salen de tu boca muestran lo que hay en tu corazón”, en otras palabras, es en los momentos de prueba que nuestras máscaras se caen y surge el verdadero “yo” y por consiguiente esto puede llevarnos a tener problemas o discusiones con la gente que nos rodea. En 1 Pedro 1:6-7 (RV60) dice: “En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,  tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe,  mucho más preciosa que el oro,  el cual aunque perecedero se prueba con fuego,  sea hallada en alabanza,  gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo”, en resumen Pedro nos dice que en tiempos de pruebas se puede notar cuanta espiritualidad y carnalidad tenemos en nuestro corazón y nos invita que una vez pasada la prueba, nuestra confianza en Dios no se haya quebrantado o flaqueado.

 

De manera complementaria, en Juan 15:8 (TLA) dice: “si ustedes dan mucho fruto y viven realmente como discípulos míos, mi Padre estará orgulloso de ustedes, esto es interesante ya que la forma en que tenemos para glorificar a Dios es llevando abundante fruto y no es sólo una forma de darle la gloria, sino que además es una manera de demostrar que somos sus seguidores o discípulos, tal cual dijo Jesús “por sus frutos los conoceréis” (Lucas 6:16 RV60) ¿y cuáles son esos frutos? Quisiera comentar 2 referencias acerca de lo que son los frutos, el primero lo encontramos en Efesios 5:9(NVI) que dice: “el fruto de la luz consiste en toda bondad, justicia y verdad” y en Gálatas 5:22-23a (NVI) “En cambio, el fruto del Espíritu es amor, alegría, paz, paciencia, amabilidad, bondad, fidelidad, humildad y dominio propio”. Cuando uno mira la propia vida a la luz de la palabra, nos damos cuenta cuánto nos ha costado adquirir estos frutos, realmente estamos al debe en ser como Cristo lo fue, más que mal cristiano significa “cristo pequeño”, pero al mirar el fruto que el Padre quiere que llevemos en abundancia nos damos cuenta cuánto nos falta morir a nosotros mismos para que Cristo crezca en nosotros, esto lo podemos ver en cosas cotidianas donde por ejemplo perdemos la paciencia con facilidad, somos impulsivos con nuestra boca o acciones, quejumbrosos, egoístas, manipuladores, poco agradecidos, a veces nos gana el orgullo por sobre el amor en nuestro hogar e incluso nos falta la cordialidad entre nuestros cercanos … si nuestra vida cristiana carece de fruto, vamos a tener problemas de convivencia. A causa del COVID-19 donde ya no podemos huir de nuestros hogares cuando las cosas se ponen difíciles, donde podemos ir físicamente a la iglesia y no contamos con la liturgia eclesiástica que nos hacía sentir “buenos”, queda al descubierto en este tiempo de prueba lo que realmente somos, lo sincero, lo que de verdad hay en nuestro corazón, y si hay problemas de convivencia, es altamente probable que sea porque una o varias partes de la familia carece del fruto del Espíritu de Dios.

 

Entonces… ¿qué hacer?

 

A continuación, daremos estrategias espirituales y prácticas que pueden ser de orientación para ti y para los que te rodean.

 

Estrategias Espirituales:

 

Desde una mirada espiritual, debemos como cristianos llevar mucho fruto para poder tratar a los demás como Dios quiere que nos comportemos, pero ¿cómo tener fruto en abundancia?, la respuesta la encontramos en Juan 15:4-5 (PDT) “permanezcan en mí y yo permaneceré en ustedes. Ninguna rama puede dar fruto si está sola, sino que tiene que estar unida a la vid. Igual sucede con ustedes, no pueden dar fruto si no se quedan en mí. Yo soy la vid y ustedes las ramas. El que permanece en mí, y yo en él, producirá mucho fruto, pues separados de mí, ustedes no pueden hacer nada”, es decir, debemos buscar a Dios y permanecer bajos sus alas, buscar su presencia, morir cada día a nosotros mismos para que Cristo crezca en nosotros y obedeciendo sus preceptos, así podremos empezar a ver estos frutos que restauran las vidas de los creyentes y sus relaciones interpersonales, incluyendo matrimoniales y familiares, tal cual dice 2° Crónicas 7:14 “si mi pueblo, que lleva mi nombre, se humilla y ora, y me busca y abandona su mala conducta, yo lo escucharé desde el cielo, perdonaré su pecado y restauraré su tierra

 

Muchas veces hemos llevado nuestra vida a nuestra manera, y las consecuencias las estamos enfrentando hoy ya que no podemos huir o seguir fingiendo que las cosas están bien, o peor aún, que se solucionarán de manera espontánea y sin esfuerzo. Sin embargo, a veces por nuestras propias malas decisiones, por nuestra falta de amor (a los demás o a sí mismos), por nuestra terquedad o incluso por nuestro orgullo, hemos facilitado que las relaciones familiares se deterioren. Es una buena oportunidad para empezar a hacer las cosas bien desde el día de hoy, recuerda que las misericordias de Dios se renuevan cada día (Lamentaciones 3:23) y por ende cada día puedes empezar a hacer las cosas conforme el plan de Dios. Por eso busca del Señor, para que lleves fruto en abundancia y puedas enseñar esto a tus hijos, a tu cónyuge y a todos los que te rodean, y así podrás ir sanando tu tierra

 

Estrategias Prácticas:

 

Sabemos que cada hogar es distinto, pero aquí te dejamos 8 sugerencias que pueden ser de ayuda para tener una mejor convivencia.

  1. Realizar Asambleas de Convivencia: Si bien es cierto que debido al distanciamiento físico las familias pasan mucho más tiempo juntas, la verdad es que pocas veces se establecen espacios para compartir quejas, necesidades y expectativas. La idea es que en estas asambleas todos los miembros de la familia puedan expresar sentimientos, inconformidades, etc. Y de esa forma se toman acuerdos para reducir los conflictos, por ejemplo: horarios para el uso de la TV, colaboración en el hogar, horarios para actividades juntos, etc. La idea es que con una actitud constructiva (y no de buscar culpables) pueda organizarse para que todas las necesidades y gustos sean atendidas.

 

2. Evitar el exceso de actividades: Uno de los temores de los padres en estos tiempos de cuarentena es que los hijos se aburran. Como no hay clases, tampoco se puede ir a parques, es probable que los niños se expongan con más facilidad al aburrimiento. Para evitarlo, puedes caer en la tentación del exceso de actividades, lo que puede agotarte o agotar a tus hijos. No le temas al aburrimiento, de hecho, no te hagas cargo a totalidad de los horarios de tus hijos. Permíteles crear actividades, descubrir nuevas aficiones. Eso te permitirá tener también tiempo para descansar, para ocuparte de ti mismo e incluso invertir tiempo en tu relación de pareja. Con esto no decimos que no debas organizar actividades, claro que es importante hacerlo, pero no controlar todo el día y hacerte cargo de un horario detallado para cada hora del día.

 

3. Resolver los conflictos: Durante el distanciamiento físico habrá conflictos en casa, eso es inevitable. Es importante hacerte consciente de ello, ya que para la sana convivencia hay que resolver los conflictos a tiempo y no dejar que éstos se extiendan o conlleven a acumular molestias. Fomenta el respeto, es una buena oportunidad para aprender y enseñar a tratar los conflictos. Esto aplica a todos los miembros de la familia.

 

4. Respetar los espacios de cada uno: Cada miembro del hogar debe tener momentos de privacidad y actividades individuales para fomentar la independencia y la toma de decisiones personales. La convivencia continuada no es sinónimo de tener que hacer todo juntos. Si bien deben existir actividades en familia (ver una película en la sala, juegos de mesa, cocina colaborativa), esto no aplica todos los días a cada rato. El espacio personal es crucial en cuarentena.

 

5. Evitar tiempos excesivos de ocio: el ocio en su justa medida es bueno ya que relaja, disminuye los niveles de estrés y promueve la creatividad, sin embargo, el exceso de tiempos de ocio puede conllevar a aumentar la frecuencia de las discusiones. Una mente ocupada no tiene tiempo para discutir; es por esto que se recomienda realizar un mínimo de dos actividades productivas por día para mantener nuestra energía enfocada en prácticas significativas.

 

6. Cargas compartidas: La sobrecarga de tareas del hogar para solo uno o dos miembros de la familia no es justa. La cuarentena de por sí ya es lo suficientemente complicada como para dejar toda la responsabilidad del hogar a una sola persona. Es por esto que debemos unirnos como familia y repartir las tareas de manera equitativa. De esta forma no solo se está ayudando a aligerar la carga, sino que también se fortalece el vínculo de convivencia entre todos los miembros del hogar.

 

7. Expresión de sentimientos: En este tiempo de cuarentena es lógico que las personas que conviven bajo nuestro mismo techo tengan diferentes opiniones, tomen decisiones que no sean de nuestro agrado o que hagan ciertas cosas que puedan molestarnos. Cuando esto ocurra, expresa tus sentimientos de una forma respetuosa y asertiva. Reprimir lo que queremos decir solo perjudica nuestra tranquilidad, y nos hace más propensos a tener explosiones de ira más adelante. Exprésate, pero siempre con el objetivo de mejorar la situación en el hogar, no de pelear o “tener la razón”.

 

8. Comprensión: Recordemos que, ante una emergencia mundial tal como lo es una pandemia, todos tenemos diferentes formas de reaccionar y poseemos distintos métodos de afrontamiento a la adversidad. Es por esta razón que no debemos imponer nuestra posición a los demás, especialmente a aquellos que están viviendo con nosotros. Si alguien desea llorar, déjalo llorar. Si una persona desea pasar un tiempo privado en su habitación, entonces compréndelo y no lo obligues a salir de inmediato, dale tiempo. El entendimiento mutuo es esencial, y siempre y cuando nuestros métodos de afrontamiento y los de nuestros seres queridos no sean perjudiciales debemos permitir que cada quien se exprese a su manera, recordando siempre las normas de convivencia y que esa expresión no dañe a terceros o a sí mismo.

 

Como ves, puedes ahora hacer frente al problema de convivencia desde dos perspectivas: desde el área espiritual buscando llevar mucho fruto y aprovechar este tiempo de prueba y fuego para que Dios queme en tu corazón lo que debe ser eliminado y saque a relucir el carácter de Cristo que debe estar en todo creyente, y además, 8 estrategias prácticas que pueden ayudarte a tener una convivencia más llevadera en tu hogar. Recuerda que sin Cristo nada somos, y que lejos de Él nuestro corazón se seca, busca siempre estar cerca y tú lo notarás en tu vida y, por consiguiente, los que te rodean también lo notarán.

 

Finalmente, y como último consejo, es natural que veamos en los otros miembros de la familia sus defectos y lo que le falta por crecer en madurez espiritual, eso es lo más fácil, cualquier persona puede hacerlo, no hay grandeza en ello, sin embargo, sólo un corazón humilde puede reconocer “que me falta a mí por crecer”, “como puedo aportar yo a la convivencia familiar”. Eso es algo sobrenatural y es definitivamente mucho más saludable. Si todos los miembros de la familia fueran más autocríticos (en el buen sentido, es decir sin ser autodestructivos) en sus actitudes y aportes, en vez de ser críticos de los demás, la convivencia sería mucho mejor. Puedes empezar tu dando el ejemplo, de decir lo que te molesta, pero también considerando las actitudes tuyas que pueden irritar a otros y tener humildad para reconocer y modificar estas conductas.

 

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Psicóloga Gianina Schiavi Canessa

Iglesia Cuadrangular Hualpén, VIII Región del Bío-Bío, Chile.

Estudiante Bachillerato en Teología del Instituto Bíblico Nacional.

 

ANSIEDAD Y COVID-19

ANSIEDAD Y COVID-19

¿Cómo controlar la ansiedad en tiempos de pandemia y cuarentena?

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción natural y necesaria para el cuerpo, ya que es la encargada de alertarnos ante una señal de peligro. Esta alerta, provoca que se activen varios mecanismos en nuestro organismo, tales como: respiración entrecortada, preparación muscular para movimientos rápidos, agitación, aumento del latido cardíaco, entre otros, todo esto para preparar al cuerpo para 2 cosas: hacer frente al peligro o huir del peligro.

 

Para entender un poco más lo que sucede con la ansiedad en nuestro cuerpo, si por ejemplo suena la alarma de incendio de donde uno trabaja o estudia, se activarán todos los mecanismos de huida en el cuerpo gracias a la ansiedad que provoca esta situación: correré más rápido, me moveré con mayor velocidad e incluso puede que me sorprenda en poder cargar a alguien en brazo para ponerlo a salvo o incluso ni siquiera percatarse de cómo llegué a una zona de seguridad a esa rapidez y destreza. Bueno, eso es gracias a que el peligro te alertó, subió tus niveles de ansiedad lo que provoca en tu cuerpo la activación de todo lo necesario para poder protegerte.

 

El problema

 

Como ves, la ansiedad no es una emoción mala, gracias a ella puedes sobrevivir ante situaciones de peligro, sin embargo, a veces se elevan nuestros niveles de ansiedad sin existir un peligro real, sino que nos imaginamos realidades alternativas donde corremos peligro, por ejemplo: fantaseamos que en una exposición me olvidaré de lo que debo decir (peligro moral), o que la persona que me gusta me rechazará si me declaro (peligro emocional), o si el jefe me pide conversar, automáticamente pienso que es para decirme algo malo (peligro laboral), entre otros. Llamaremos a estos tipos de peligros como “peligros imaginarios”, puesto que no suceden en la vida real, pero al crear en nuestra mente esos escenarios alternativos, el cuerpo se activa con la misma intensidad como si estuviera ocurriendo en la vida real. Cabe señalar, que gran parte de nuestra vida enfrentamos más peligros “imaginarios” que aquellos que son reales. Frente a esto, se puede decir que existen dos problemas respecto a la ansiedad:

 

  • Así como se activa ante una sensación de peligro real, se puede activar con la misma intensidad con un peligro imaginario: Como bien comentábamos, es común en el ser humano querer anticiparse a las cosas del futuro, y por lo general, nos inventamos escenarios mayoritariamente perjudiciales, provocando que en esta situación de peligro imaginario nuestro cuerpo se estrese ante esta fantasía y, por consiguiente, la ansiedad se active en nosotros como si lo estuviésemos viviendo de una manera real, aunque esa realidad sólo esté en nuestra mente. En Proverbios 4:23 (RV60) dice “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, ¿y qué es el corazón? Evidentemente, en este pasaje no se refiere al órgano del cuerpo, sino a todo lo que implica nuestra alma, es decir: nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras creencias, es por eso que en la versión Lenguaje Actual en vez de “corazón” dice “mente”, como una forma de explicar que debemos cuidar nuestros pensamientos, porque dirigen nuestra vida. Es por eso que hay que evitar afanarse con el futuro o con lo que vendrá. Jesús habló de eso en Mateo 6: 25-34, siendo muy importante en cómo termina esta parte de su sermón que habla sobre el afán y la ansiedad, diciendo: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34, RV60). Si guardamos nuestro corazón, y como dice en 1° Pedro 5:7 si echamos todas nuestras ansiedades sobre Dios, porque confiamos en que Él tiene cuidado de nosotros, estaremos un paso más cerca de poder vencer nuestros afanes y ansiedades, ya sea por la pandemia, por luchas, por problemas o por cualquier cosa que pudiese venir.

 

  • Después del peligro, la calma… La ansiedad, así como sube, baja cuando cesa el peligro, pero no siempre es así: ¿Por qué? Porque tenemos la mala costumbre de preocuparnos en vez de ocuparnos. La palabra preocupación es muy interesante: Pre (antes) – Ocupación (ocuparse), el problema es que nos preocupamos sin ocuparnos, y peor aún, podemos estar todo el día rumeando pensamientos que no nos benefician inventando alternativas a la realidad las cuales no siempre tienen un futuro mejor. Esta mala mezcla de no ocuparse de los problemas y de rumear en la mente constantemente la situación provoca que el cuerpo siempre se mantenga en alerta, no permitiendo el cauce natural de la ansiedad, que es que una vez que se esfume la situación de peligro, esta baje. Esto puede provocar muchos malestares, tales como: dolores de cabeza, problemas estomacales, dolores musculares, sensación de ahogo, taquicardia, sudoración, temblor, problemas para conciliar el sueño, bruxismo (apretar la mandíbula), crisis de angustia (llorar angustiosamente sin razón aparente), arrebatos de ira (perder el control del enojo), o incluso, volverse un problema en la salud mental con las famosas crisis de pánico, donde la persona cree que se va a morir o que se va a volver loca a causa de padecer con intensidad estas sintomatologías mencionadas.

 

Otra mala práctica que el ser humano tiene y que no favorece a que los niveles de ansiedad se reduzcan, es que cree erróneamente que debe tener el control de todo. Esto es una creencia equivocada porque con suerte podemos controlar nuestra lengua, y en relación a todos los factores de nuestra vida son pocas las cosas que efectivamente están bajo nuestro control. Esta necesidad de querer tener todo bajo control puede desesperar mucho a la persona y mantener su estado de alerta por tiempos mayores a los necesarios, provocando que su mente y cuerpo se resientan.

 

La Solución

 

  • Desde la psicología: Cabe señalar que, si la persona presenta crisis de pánico, lo mejor es asistir a un terapeuta de profesión psicólogo que le ayude a tener manejo y control sobre su ansiedad. Es una sensación horrible tener crisis de pánico, no es necesario que pase por esa lucha de manera solitaria. Si sólo tiene sintomatología ansiosa, existen algunas técnicas naturales para poder ayudar a bajar los niveles de ansiedad en el cuerpo, entre ellas son:

a. Ocuparse en vez de preocuparse: Como mencionamos antes, no sacamos nada preocuparse si no nos vamos a ocupar. A veces por temor no tomamos las riendas de nuestra vida, culpamos a otros, esperamos que otros hagan lo que uno debe hacer o simplemente esperamos que se resuelva solo, esto definitivamente no ayuda. El otro extremo también es perjudicial, es decir preocuparse en exceso y querer tener todo bajo control. Lo que pasa en el mundo está lejos de estar bajo nuestro control, pero sí está bajo el control de Dios Todopoderoso. Debemos descansar en esa verdad. En definitiva, mantener el equilibrio de hacer las cosas que dependen de mí, pero sin afanarse. Descansar en que Dios hará su parte en el tiempo perfecto de Él es lo más saludable para nuestra mente y cuerpo

 

b. Estimulación digital: En la boca tenemos sensores que cuando son presionados, bajan nuestros niveles de ansiedad, por eso nos da por comer o mordernos las uñas o llevarnos cosas a la boca. Esos mismos sensores se encuentran en la yema de los dedos, por lo que: escribir, pintar, tejer, amasar, bordar o cualquier actividad que implique mantener la yema de los dedos presionadas va a generar el mismo efecto. ¿Estás angustiado(a)? transforma ese dolor en arte.

 

c. Movimiento: Está comprobado que el movimiento ayuda a bajar los niveles de ansiedad, es por eso que cuando uno está muy ansioso puede que tengamos temblores, nos tirite el ojo o nos de el síndrome de la pata loca (mover el pie de manera constante). Es por eso que actividades como: hacer caminatas, correr, bailar, cantar (las cuerdas vocales son un músculo), o cualquier otro deporte o movimiento nos ayudará a bajar nuestros niveles de ansiedad.

 

d. Técnicas de Respiración: Existen varias técnicas de respiración, entre ellas podemos encontrar la respiración diafragmática, la cual consiste en tener una respiración profunda donde al inspirar se infla el abdomen y no se mueve el pecho ni los hombros. Esta respiración es sumamente efectiva para dominar cualquier emoción intensa, incluso el miedo, la ira o la ansiedad. También existen las técnicas de control de respiración por tiempo, tales como la 3x3x3 o la 4x7x8, donde ambas poseen el mismo principio. Por ejemplo, en las 3x3x3, se inspira en un periodo de 3 segundos, se mantiene el aire dentro del cuerpo por 3 segundos, y se exhala por 3 segundos, esta es muy efectiva para dominar las emociones, mientras que la 4x7x8 se hace lo mismo, pero se inspira por 4 segundos, se mantiene por 7 segundos y se exhala por 8 segundos, esta última es muy buena para aquellas personas que tienen insomnio, promoviendo poder conciliar el sueño.

 

  • Desde el cristianismo: Dios le otorga a su pueblo herramientas para poder hacer frente a cualquier adversidad o situación que éste viva. Según las escrituras, estas son las 3 herramientas principales que todo creyente puede acudir en tiempos de aflicción:

    a. Ayuno y oración:
    Cada día estoy más convencida que la única persona que se beneficia con la oración y el ayuno es uno mismo. Dios ya sabe nuestras necesidades, conoce nuestro corazón, no es una necesidad para Él nuestra oración, sin embargo, muchas veces nuestras peticiones son modificadas cuando vamos a los pies del Señor, dándonos cuenta que muchas de ellas pueden ser egoístas, o que se fundamentan en falta de perdón, y el Espíritu Santo que nos guía a toda verdad nos orienta sobre cómo pedirle a Dios lo que realmente necesitamos: capacidad de perdonar, vencer el temor, tener más confianza en Dios, etc. Cuando oramos y ayunamos podemos ver las cosas más profundas de nuestro corazón y poder darnos cuenta de nuestra real condición. A veces huimos de la verdad que podemos encontrar en Su presencia por lo mismo, para no aceptar lo que el Espíritu Santo nos tiene que decir respecto nuestra condición, pero eso mismo puede que sea aquello que mantiene mi angustia y mi ansiedad.

 

b. Cánticos de Adoración y Alabanza: Es natural quejarse en tiempos difíciles y de aflicción, también es natural buscar culpables o responsables de lo que nos está sucediendo, sin embargo, es sobrenatural hacer lo que hizo Job 1:21 (RV60) “dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. Ya se mencionó que cantar por sí mismo es una herramienta natural para bajar los niveles de ansiedad, pero si sumamos a eso el poder espiritual que posee la alabanza, intensificamos su efectividad. No hay que olvidar que en el capítulo 6 de Josué, se nos relata cómo los muros de Jericó fueron derrumbados, ¿cómo cayeron? A causa del poder de la alabanza de su pueblo. La alabanza puede romper cadenas, sacar la venda de los ojos, convencer al corazón de los atributos de nuestro Dios, entre tantas cosas. ¿Estás angustiado? Alaba, en la prueba alaba, que así como dice el corito antiguo, “tu alabanza Dios escuchará” y subirá como olor fragante a Él, porque estás haciendo algo sobrenatural, lo estás exaltando no por tus circunstancias, sino porque reconoces que Dios está por sobre tus problemas o tu pesar.

 

 c. Lectura de la Escritura: Cuando Jesús fue tentado en el desierto por Satanás, respondió a cada ataque con la misma frase: “escrito está”. Jesús en su poder pudo hacer venir legiones de ángeles celestiales para hacerle frente a Satanás, o pudo llevar al enemigo a otra dimensión, pero no fue necesario, Jesús nos enseña con su ejemplo como enfrentar los dardos del enemigo: “Escrito está”. Por eso es importante meditar en las escrituras y aprender lo máximo de ellas, para que cuando venga el tentador, no sucumbir ante sus maquinaciones, sino que podamos resistir al diablo con “escrito está, Dios tiene cuidado de mí” (Salmos 34), “escrito está, los pensamientos de Dios a mi vida son de bien y no de mal” (Jeremías 29:11), “Escrito está, Dios me ama tanto que envió a su único Hijo para que no me pierda en este mundo, sino para que tenga vida eterna” (Juan 3:16), “Escrito está, Dios es mi pastor, nada me faltará” (Salmos 23), entre tantos otros. Si no la leemos, difícilmente podremos defendernos de los ataques del enemigo, o incluso de nuestros mismos pensamientos. Por eso, es de vital importancia escudriñar las escrituras, recordando que como dice en Oseas 4:6a “Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce”. Que nuestra vida no sea destruida por el enemigo o por nosotros mismos a causa que no conozcamos a Aquél que nos amó con amor inagotable desde el vientre de nuestra madre.

 

Debemos recordar, que Dios es soberano y permite que sus hijos pasen por fuego para que estos sean más puros que el mismo oro y también, que Dios es un Padre tierno el cual, a pesar de hacernos pasar por fuego, nos ofrece consuelo, descanso, gozo y paz a los que buscan su presencia. Finalmente, la base de la ansiedad y la angustia es el temor, e incluso, la falta de fe y confianza en Dios, por eso te invito a que si estas ansioso(a) o angustiado(a) le pidas en oración que su perfecto amor eche fuera todo temor y que incremente tu confianza en Él, así serás perfeccionado(a) en el amor del Padre Celestial.

 

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Psicóloga Gianina Schiavi Canessa

Iglesia Cuadrangular Hualpén, VIII Región del Bío-Bío, Chile.

Estudiante Bachillerato en Teología del Instituto Bíblico Nacional.

 

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