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Historias relacionadas con infección

PIMS

SÍNDROME

MULTISISTÉMICO

INFLAMATORIO

PEDIÁTRICO (PIMS)

Hace ya un par de semanas atrás que hemos estado escuchando de este nuevo síndrome asociado al covid-19. Pero, ¿qué sabemos exactamente de él? ¿Qué síntomas vemos a simple vista? ¿Qué tan terrible puede llegar a ser? ¿Estamos preparados para saber qué hacer en caso de una emergencia como ésta?

Este artículo aporta datos y busca informar a la población en general sobre lo que está pasando en el mundo con la actual pandemia que estamos atravesando, no con el fin de infundir miedo y desconcierto, si no, más bien con el de dar a conocer, alertar y prevenir.

Estar preparados es la mejor opción que tenemos para evitar a tiempo un desenlace fatal.

A diferencia de lo que pasa con los adultos infectados de covid, el llamado PIMS es un conjunto de síntomas de tipo “cuadro inflamatorio descontrolado” a nivel general de los distintos órganos del cuerpo, que SE DA EN NIÑOS Y ADOLESCENTES entre 4 a 16 años aprox. después de 2 a 6 semanas luego de estar contagiado con coronavirus, ya sea, presentando síntomas o no. Este síndrome compromete en mayor medida al corazón y al sistema digestivo, por lo que requiere de una hospitalización lo más pronto posible.

Este síndrome llega a ser complejo por el hecho de que al tomar el examen PCR, éste no arroja los resultados positivos de presentar el virus, y como se trata de una enfermedad asociada al covid relativamente nueva que se da después de haber sido contagiada la persona, resulta difícil llegar al diagnóstico certero.

Afortunadamente en Chile ya se han hecho protocolos de atención para hacer diagnósticos y tratamientos para este tipo de casos, y según estudios realizados, hay que tener en cuenta que la mayoría de los pacientes pediátricos y adolescentes que padecen esta enfermedad, son una población sana sin patologías de riesgo como lo son la obesidad, las enfermedades respiratorias crónicas u otros síndromes complejos (Sd. Down, que también tienen afectaciones cardíacas).

Los primeros síntomas de alerta son:

  • Fiebre por más de 3 días.
  • Vómitos, diarrea, dolor abdominal.
  • Hinchazón en labios y lengua.
  • Ojos hinchados y enrojecidos.
  • Dolor al tragar (odinofagia).
  • Manchas en la piel.
  • Inflamación zona del cuello.
  • Malestar y decaimiento general.

Si no se realiza el traslado a urgencias lo más pronto posible o se da el diagnóstico a tiempo, puede ocurrir una falla general debido a la inflamación de órganos vitales y vasos sanguíneos que pueden dañar el corazón y producir la muerte.

Si ve estos síntomas en sus hijos, sobrinos, nietos, etc. No dude en consultar con un médico y llevarlo a un recinto asistencial.

Seguir cuidándonos entre todos es vital para evitar contagiarse. El distanciamiento físico, el lavado frecuente de manos con agua y jabón por al menos 20 segundos, el uso correcto de mascarilla tapando siempre nariz y boca. Al estornudar o toser que sea siempre tapándose con el antebrazo, evitar los lugares (donde haya gran cantidad de personas) que sean cerrados, con poca o sin ventilación.

Cabe destacar que en el proceso de vacunación en el cual nos encontramos hoy en día, aún estamos en riesgo de contagio si es que no tenemos las dos dosis completas para poder generar los anticuerpos necesarios, es por esa razón que debemos esperar un tiempo aproximado de dos semanas (después de ambas vacunas) para poder contar con la protección adecuada y contrarrestar el virus. Por lo tanto, es crucial seguir con los protocolos sanitarios dispuestos por las distintas autoridades del ministerio de Salud.

Sin más que agregar, deseamos que Dios te guarde y bendiga.

 

“El prudente ve el peligro y lo evita; el imprudente sigue adelante y sufre el daño”
Proverbios 22:3 versión Dios habla hoy (DHH).

 

Deseando que este artículo informativo haya sido de bendición para tu vida, te invitamos a compartirlo con otros. Recuerda también visitar los otros artículos que tenemos para ti cada semana, aquí en cuadrangulares.cl

Fonoaudióloga Tamara Agusto Vargas.
Iglesia AR Ministries, Santiago, Chile.
Estudiante Instituto Bíblico Cuadrangular.

Uso de Cotonitos

 EL USO DE COTONITOS…

¿Será bueno para limpiar nuestros oídos?

Todos, o la mayoría de nosotros sabemos que existen partes de nuestro cuerpo que cumplen una función determinada. En el caso de nuestros oídos, éstos no solo funcionan para escuchar y percibir los diferentes sonidos que existen a nuestro alrededor, si no, que también sirven para protegernos de partículas de polvo, insectos y objetos diminutos que pueden ingresar al interior de nuestro canal auditivo y dañarlo. Para comprender de mejor manera, es preciso saber que el oído se compone de 3 partes principalmente.

1.- Oído Externo: En él se localiza la oreja o también llamado pabellón auricular, se compone de piel y cartílago, su forma ayuda a captar mejor los sonidos que se producen en el ambiente.

2.- Oído medio: Es aquí donde encontramos el CAE (conducto auditivo externo), y el tímpano. El sonido se conduce por el canal o conducto auditivo, llega al tímpano permitiendo que éste vibre.

3.- Oído Interno: Finalmente en esta tercera parte encontramos unos pequeños huesecillos que se conectan desde el tímpano hacia la cóclea o también llamado caracol por la forma que posee. Estas vibraciones se “traducen” en señales eléctricas que van desde la cóclea al nervio auditivo y llegan finalmente a la corteza cerebral, es por eso que nuestro cerebro tiene la capacidad de diferenciar los sonidos que normalmente percibimos, como el canto de un ave, el sonido de un avión, los sonidos del habla, el sonido del mar, el llanto, la risa, etc.

 

Es por ello que existen dos protectores principales ubicados en nuestro oído medio, uno de ellos son los cilios o vellosidades y el otro es el cerumen.

¿Cómo funciona esta protección?

Al interior de nuestros oídos, se produce el conocido cerumen o cerilla, y es un método natural de limpieza, esto impide que cuerpos extraños ingresen, infecten y causen daño a nuestro tímpano principalmente, (que es una membrana elástica cuya función es vibrar cada vez que el sonido llega al conducto auditivo). Este cerumen en consecuencia, sirve para lubricar, limpiar y defender al oído de microorganismos, como hongos y bacterias.

 

Nuestra anatomía auditiva está diseñada de tal forma que el cerumen es expulsado de manera natural, esto lo hace cada vez que masticamos, bostezamos, o movemos la mandíbula al hablar, así con esos movimientos la cerilla se va desplazando hacia el exterior.

Mucha gente cree que el hecho de tener acumulación de cera en nuestros oídos es “síntoma” de tener una mala higiene, pero la verdad es que no es así. Dado la desinformación que existe, la gente ocupa los famosos cotonitos, hisopos o bastoncillos para limpiar, hasta dejar el oído irritado y supuestamente libre de cera, pero más que ayuda e higiene, realizar este tipo de “limpieza” es mucho más perjudicial de lo que uno imagina. Utilizar los cotonitos, ya sean niños o adultos, podría perfectamente perforarnos el tímpano, produciéndonos un dolor agudo, acompañado de pérdida auditiva, también se pueden generar infecciones, ya que el cotonito o hisopo, solo sacará una pequeña porción de cerilla y parte del algodón puede quedar atrapado dentro del conducto auditivo y como resultado éste se irá acumulando, con el paso del tiempo se irá pudriendo por dentro, causará una infección de tal gravedad como el hecho de provocar una meningitis. Otra complicación al usar este tipo de implementos, y que es bastante común ver en las consultas, es que se puede generar un tapón de cerumen. El cotonito empuja la cerilla más adentro y éste irá acumulándose, generando finalmente un tapón, que con el tiempo se endurecerá como una gran pelota de color café oscuro, lo peligroso es que este tapón puede pegarse de tal manera al tímpano que, al tratar de sacarlo, se rompa esta membrana.  Si el tapón no está tan duro ni tan adentro del conducto auditivo, puede sacarse con un lavado de oídos hecho exclusivamente por un especialista, el hecho de hacerlo por sus propios medios puede ser muy peligroso.

De nada sirven otras limpiezas, como el conocido método del “cucurucho”, ya que también es otro factor perjudicial para nuestra salud. Puede causar quemaduras de distinta índole, debido al calor y la presión negativa puede perforar el tímpano. Lo que supuestamente vemos como nuestra propia cerilla, solo es producto de la cerilla incorporada del mismo cucurucho.

Entonces… ¿Cómo se sabe si una persona produce cerumen en exceso? Consultando con un especialista, allí le harán una otoscopía, para saber cómo está el interior del oído.

Pero como recomendación en general: Aquellas personas que producen mucho cerumen requerirán un lavado de oído por orden del especialista a cargo una vez al año. Si Ud. quiere mantener una correcta higiene, solo basta con limpiarse por fuera con una toalla o un pañito húmedo y nada más. 

Fonoaudióloga Tamara Agusto Vargas
Iglesia AR Ministries, Santiago, Chile.
Estudiante Instituto Bíblico Cuadrangular

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