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Historias relacionadas con esposo

CRISIS NORMATIVA 1: EL INICIO DE LA CONVIVENCIA CON EL CÓNYUGE

Cuando la luna de miel se acaba y comienzan los problemas conyugales por la convivencia

¿Qué son las crisis normativas?

 

 Las crisis normativas o crisis del desarrollo son aquellos momentos de caos a nivel familiar que son comunes o normales que aparezcan ante ciertas circunstancias. Algunas crisis normativas son: la llegada del primer hijo; la crisis del nido vacío; el fallecimiento del cónyuge, entre otras. En este artículo se abordará la primera crisis normativa que relata la psicología familiar: El inicio de la convivencia con el cónyuge.

 

Es común que cuando la pareja comienza a convivir, experimenta una dulce luna de miel que hace que su romance esté en su mejor momento. Después de un tiempo, la enamorada pareja comienza a experimentar roces y diferencias que dificultan el ponerse de acuerdo sobre cómo abordar o hacer ciertas cosas. Estos roces pueden ir aumentando, generando un desgaste en la pareja la cual comienza a vivir esta crisis del desarrollo que, aunque sea considerada por la psicología como “normal”, no deja de ser molesta o dolora.

 

Pero ¿por qué sucede este problema?

 

El problema

 

Cuando se inicia la convivencia conyugal, se debe considerar que va a existir sí o sí en algún punto de la relación un choque cultural, puesto que cada integrante ha heredado una cultura familiar distinta de la otra, donde presentan dinámicas para hacer las cosas de manera diferente, creencias sobre lo que cada uno debe hacer que no siempre coinciden, diversas ideas sobre las formas sobre cómo, quién y cuándo se hacen las cosas, provocando roces en la pareja. En ocasiones uno de los cónyuges pone en mayor estima su propia cultura familiar y muchas veces en una actitud soberbia, se menosprecia la idiosincrasia familiar de la pareja o en otros momentos simplemente no se es capaz de observar los defectos de la propia dinámica familiar que hemos heredado, y por consiguiente, en una actitud voluntariosa y llevado a las propias ideas, se considera solo la propia opinión sobre cómo llevar la dinámica de este matrimonio.  

 

Aspectos como: limpieza del hogar, manejo del dinero, quehaceres domésticos, compras domésticas, sexualidad, aspectos emocionales, horarios, aspectos laborales, manejo de relaciones con amistades, manejo de las relaciones familiares (sobre todo con suegros y suegras) entre otros, pueden ser fuente de conflictos y roces constantes, que de no ser abordados de manera sabia, puede llevar a resentimientos en el futuro.

 

En Cantares 2:15 (NTV) dice: “Atrapen todos los zorros, esos zorros pequeños, antes de que arruinen el viñedo del amor, ¡porque las vides están en flor!”. Esta porción está en el contexto que cuando las vides estaban en flor, se les cercaba para que los animales más grandes no pudiesen destrozarla, sin embargo, animales pequeños como los zorros, eran capaces de traspasar las cercas y dañar las vides. Esto alude a que cuando mi relación romántica está en apogeo o en plena luna de miel (las vides están en flor), no siempre lo que daña la relación son las cosas grandes como la infidelidad o la violencia (animales grandes) si no que son las pequeñas cosas (zorros pequeños) que arruinan el viñedo del amor. Como psicóloga he atendido varios matrimonios donde existe resentimiento y raíces de amargura por largos años y que al profundizar sobre las razones de la distancia afectiva que existe entre ellos, surgen innumerables reproches de tipo “zorros pequeños” que al convivir con ellos por largos años, quedan pocos recuerdos del amor que se profesaron en el altar y finalmente prima en la memoria el cansancio de las discusiones, el desinterés por reavivar el fuego y un desencanto por la persona que alguna vez juró amar hasta la muerte.  

 

La Solución

 

1. Busque tener una actitud humilde y respetuosa: Ante los conflictos maritales, la humildad siempre es una buena compañera. También lo es ser reflexivos, escuchar con atención y hablar con claridad, pero son cosas que cuando uno está enojado es difícil de realizar, por lo mismo promover una comunicación desde el amor y la humildad es fundamental al inicio de la relación. Puede que haya diferencias en las ideas sobre como abordar ciertas cosas, pero estas diferencias deben ser abordadas con un corazón humilde y con labios respetuosos. Si está enfadado, deje la conversación para después, cuando pueda dominar sus labios y comunique sus ideas sin herir a la persona que prometió amar, cuidar y proteger.

 

2. Hable sobre conductas, no sobre críticas familiares: Ninguna familia es perfecta, todos tienen algo que mejorar, pero restregar los defectos o criticar a la familia de origen del cónyuge es una terrible opción para un matrimonio saludable (aunque tenga razones para hacerlo), siempre generará heridas innecesarias. Es mejor hablar sobre las conductas o normas que le gustaría que estuviesen en esta nueva familia que criticar la familia del cónyuge. Por ejemplo: si la familia del cónyuge es desordenada con los dineros, en vez de criticar lo despilfarradores que es la familia, es mejor hablar con sabiduría y decir algo como: “me gustaría que fuéramos ordenados con los dineros, y si se puede, ahorrar para tener cierta tranquilidad si es que hay alguna emergencia”. Evitar frases como: “eres igual a tu mamá” o “te comportas igual que tu papá” no aporta en nada a su matrimonio.

 

3. No compare con su familia de origen: Recuerde que es necesario que cada uno deje a su padre y a su madre para unirse a su mujer (Génesis 2:24), esto no solo es algo físico de tener la vivienda propia, sino que también entender que con mi cónyuge estamos formando una nueva familia, por ende, la cultura familiar es una distinta a la de la familia de origen de cada uno. Con humildad, amor y respeto evalúen que aspectos de cada familia les gustaría repetir y cuáles les gustaría hacer diferente, y de ser necesario, qué aspectos les gustaría hacer totalmente diferente a ambas familias, esto no con actitud soberbia para sentirse superior, sino con actitud de mansedumbre ante los aprendizajes que ambos han obtenido de las experiencias familiares.

 

4. Atrapen juntos las zorras pequeñas: Es normal que a la nueva pareja le cueste un tiempo en adecuarse, ajustarse y aprender a convivir y hacer de esto un verdadero equipo de trabajo. Para ello la comunicación es fundamental, y no solo comunicar asertivamente sobre mis necesidades (comunicando más lo que espero del otro que hacer un gran listado de reproches), sino que escuchar atentamente lo que el/la compañero/a de vida me está solicitando y considerarlo para hacer algo al respecto, de lo contrario, es posible que esa “zorra pequeña” termine arruinando el viñedo del amor por no actuar a tiempo.

 

 

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Psicóloga Gianina Schiavi Canessa

Iglesia Cuadrangular Hualpén, VIII Región del Bío-Bío, Chile.

Estudiante Bachillerato en Teología del Instituto Bíblico Nacional.

 

LA REGLA DE ORO PARA VIVIR EN PAREJA

LA REGLA DE ORO PARA VIVIR EN PAREJA

Cuando la Preocupación y el Afán interfiere en tu Matrimonio

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 


 

“… Por eso les digo que no se preocupen por la vida diaria, si tendrán suficiente alimento para comer o suficiente ropa para vestirse. Pues la vida es más que la comida, y el cuerpo es más que la ropa. Miren los cuervos. No plantan ni cosechan ni guardan comida en graneros, porque Dios los alimenta. ¡Y ustedes son para él mucho más valiosos que cualquier pájaro! ¿Acaso con todas sus preocupaciones pueden añadir un solo momento a su vida? Y, si por mucho preocuparse no se logra algo tan pequeño como eso, ¿de qué sirve preocuparse por cosas más grandes? Miren cómo crecen los lirios. No trabajan ni cosen su ropa; sin embargo, ni Salomón con toda su gloria se vistió tan hermoso como ellos. Y, si Dios cuida de manera tan maravillosa a las flores que hoy están y mañana se echan al fuego, tengan por seguro que cuidará de ustedes. ¿Por qué tienen tan poca fe? No se inquieten por lo que van a comer o lo que van a beber. No se preocupen por esas cosas. Esas cosas dominan el pensamiento de los incrédulos en todo el mundo, pero su Padre ya conoce sus necesidades. Busquen el reino de Dios por encima de todo lo demás, y él les dará todo lo que necesiten. Así que no se preocupe, pequeño rebaño. Pues al Padre le da mucha felicidad entregarles el reino”, Lucas 12:22-32 (NTV).

¿Observaste las frases remarcadas? Son siete. Siete son las veces que Jesús, en un pasaje tan corto, nos alienta a no preocuparnos. Alguien dijo que la preocupación es fe en el diablo. ¿Qué piensas?

El consejo bíblico es no preocuparnos porque la promesa es que Dios nos sustentará: “No se preocupen por esas cosas… él les dará todo lo que necesiten”, Lucas 12:29-31 (NTV).

 

Tanto Silvia como yo (escribe José Luis) hemos experimentado la fidelidad de Dios desde que nos casamos. Por aquel entonces yo trabajaba como obrero en una empresa llamada Celulosa. Estudiábamos en la Universidad. Solamente de ómnibus gastábamos un tercio de nuestro salario. El escaso sueldo debía alcanzarnos para pagar el alquiler de la casa, los gastos de alimentación, ropa, calzado y los estudios de ambos.

 

Humanamente era imposible. Pero nuestra necesidad fue la oportunidad para experimentar los milagros de Dios. Él suplió de maneras asombrosas, inexplicables y sobrenaturales. Valga un ejemplo, en el patio de nuestra casa alquilada creció una planta de tomates que nadie había plantado. El tomate es 95% agua, por lo cual, si no se lo riega todos los días, muere. Debido a nuestras ocupaciones, ¡jamás regamos esa plantita! Y durante todo un verano nos dio tomates. Sin exagerar, todos los días nos proveía generosamente para nuestras necesidades. Los tomates crecían sobre el piso de cemento (algo increíble) porque la planta no tenía tutor y estaba desparramada en el patio. ¡Un tomate llegó a pesar 450 gramos! Nunca estaban picados por insectos o demasiado maduros; además, eran súper sabrosos.

 

Seis días por semana debía recorrer varios kilómetros en bicicleta para llegar al trabajo. Tan vieja era esa bicicleta que mis amigos bromeaban diciendo que la devolviera al museo. Las cubiertas estaban tan gastadas que se veía ‘el aire’ dentro de ellas. Gran parte del trayecto era tierra, escombros y piedras. Sin embargo, jamás se pinchó. Nunca tuve que gastar para arreglarla. Ha sido un milagro que esa bicicleta me llevara por tanto tiempo al trabajo.

 

Nuestra heladera siempre estaba vacía. Después de algunos años todavía conservaba el olor a nueva, ¡y claro, por la falta de uso! Sin embargo, jamás llegó la hora del almuerzo y pasamos hambre. Como en la casa de la viuda de Sarepta, alguna provisión aparecía.

 

A veces eran solo tomates. Aprendimos a hacer muchas comidas con ese solo fruto. Pero Dios es nuestro testigo, nunca discutimos por dinero, ni cómo gastarlo (aunque no había muchas opciones) ni qué comprar.

 

Por favor, presta atención a lo siguiente: la falta de dinero en algún momento de la vida puede ser ‘provisión de Dios’. ¿Cómo es eso? Dios quiere que confiemos y dependamos de Él. A Él le interesa nuestra amistad e intimidad más que nuestra billetera. Dios tiene sus formas para atraer nuestra atención. ¿Recuerdas a Elías? Dios lo llevó a un arroyo y lo alimentó sobrenaturalmente trayéndole desayuno, almuerzo y cena. Pero un día el arroyo se secó. Posiblemente Elías se había acostumbrado a la provisión y, probablemente llegó a confiar más en el arroyo que en Dios.

 

La provisión siempre vendrá de Dios. A veces en forma sobrenatural como el maná que caía en el desierto; la carne que los cuervos le traían a Elías o la moneda que Pedro encontró en un pez para pagar los impuestos. Otras veces la provisión vendrá de una mano amiga, un familiar, un premio inesperado, etc.

 

Los israelitas degustaron el maná que caía del cielo durante cuarenta años. Luego comieron del fruto de su trabajo en la tierra prometida. ¿Era el maná la provisión de Dios y el trabajo en la tierra prometida no lo era? ¡Claro que no! Ambas formas de alimentación provenían de Dios, porque las dos fueron practicadas en obediencia, en diferentes etapas del viaje de la vida.

 

Elías fue sostenido sobrenaturalmente por un tiempo, después Dios le dijo que acudiera a una viuda muy necesitada y le pidiera directamente. Dios no actúa siempre de la misma manera. Él es creativo y ama la variedad. Dios proveyó para las necesidades de Pablo mediante el trabajo ‘secular’ de hacer tiendas, 1ª Tesalonicenses 2:9. En otras oportunidades vivió de ofrendas y dejó que personas adineradas como Lidia lo alimentaran. El mismo Jesús trabajó muchos años para suplir sus necesidades y, cuando comenzó su ministerio público, algunas mujeres con gran poder económico sostuvieron su ministerio, Lucas 8:3. Jesús confiaba en que su Padre supliría todo de forma soberana, pero también hizo peticiones directas. Cuando necesitó un medio de transporte para su entrada triunfal en Jerusalén, envió a sus discípulos a pedir prestado un asno. “Ciertamente, el único elemento común en los relatos bíblicos de provisión fue la obediencia a la voluntad de Dios. La clave para vivir con medios invisibles de apoyo es oír su voz y obedecer lo que Él pide hacer. Y cuídate de la trampa de esperar que Él te guíe siempre de la misma manera. Mantente flexible y abierto a su dirección. Pregunta al Señor qué pasos debes dar. A veces Él te puede indicar que informes a otros tus necesidades. Obedece. Otras veces puede mandarte guardar silencio y no dar a conocer tus necesidades a nadie sino a Él. O puede guiarte a hacer una inversión. Obedece. Puede también darte una oportunidad empresarial. Algo que produzcas y pueda beneficiarte económicamente. Pero tampoco descartes alternativas creativas, ni intentes que el Señor te provea de cierta manera que tú ya conoces.

 

Todos los milagros de provisión de Dios comienzan oyendo el consejo de María en las bodas de Caná: – Haced todo lo que Él os diga”.

 

¿Qué estás necesitando de Dios? ¿Cómo respondes frente a la situación? ¿Es tu crisis una oportunidad para crecer en la fe? Si como matrimonio están viviendo estrechez económica, pídanle a Dios la sabiduría para hacer lo correcto, tomar las decisiones más sabias y ajustar el presupuesto. Pero luego, una vez hechos los deberes, experimenten paz. Luchen en contra de la ansiedad. No discutan por dinero; al contrario, únanse en un solo propósito. Tomen decisiones juntos. Acérquense más. Apóyense, ocúpense pero no se preocupen. No sumen angustia a la crisis ni reproches al cónyuge. En vez de pelear entre ustedes peleen juntos frente a la situación adversa. Tal vez, como nosotros experimentamos de la vida matrimonial, la falta de dinero sea una bendición de Dios porque en ese camino se acercarán a Él, descubrirán sus tesoros, sus recursos, y lo que es mejor, su corazón.

 

Extraído del libro “Que tu matrimonio no se arrugue”- José Luis Cinalli

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “La regla de oro para vivir en pareja”

 

INGREDIENTES ESENCIALES PARA UN BUEN MATRIMONIO

INGREDIENTES ESENCIALES PARA UN BUEN MATRIMONIO

7 Consejos Para Que Tengas Un Matrimonio Satisfactorio

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 


El matrimonio ha sido diseñado por Dios para que funcione y perdure en el tiempo.

 

A continuación, algunos aspectos importantes:

 

  1. Sé amigo de tu cónyuge: Cantar de los Cantares presenta al matrimonio primero como amigos y luego como amantes. La verdadera intimidad fluye de un corazón abierto y totalmente entregado al objeto de su afecto. ¿Puedes confiar en tu cónyuge completamente? ¿Eres una persona confiable para tu pareja?

 

 

  1. Adopta una actitud de servicio: “La humildad no es pensar menos de uno mismo sino pensar menos en uno mismo”, Donald Franz. Hazle saber y demuéstrale a tu pareja que te interesas más por ella que por cualquier otra cosa o persona, con excepción de Dios. Genera una atmósfera donde tu familia se sienta segura. Suple las necesidades de tu pareja. Muéstrate atento/a. Recuerda que el matrimonio duradero se edifica sobre los cimientos del sacrificio y el servicio.

 

 

  1. Ama, aunque no lo sientas: Amar es una decisión, no un sentimiento. Es algo que se hace y no algo que se siente. La esencia del amor no son los sentimientos sino el compromiso. Insistimos, las emociones jamás sostendrán un matrimonio, el compromiso sí lo hace. Busca lo mejor, piensa lo mejor y haz lo mejor para beneficiar a la persona amada. “El amor florece plenamente en una atmósfera de elogios y admiración, pero se marchita y muere en la presencia del silencio perpetuo, la indiferencia y la crítica”, Jimmy Evans.

 

 

  1. No permanezcas enojado/a: El enojo es una fuerza destructiva implacable. No hay poder curativo contra el enojo. La Biblia dice: “No se ponga el sol sobre vuestro enojo”, Efesios 4:26. El enojo se nutre de la falta de perdón. “No puedo perdonar”, “no siento perdonar”, “nunca lo perdonaré”. ¿Por qué es tan difícil perdonar? Porque queremos que las otras personas sientan y sufran lo que nosotros sentimos y sufrimos por las heridas que nos causaron, que paguen de alguna manera el daño que nos hicieron. El problema es que la justicia al ofensor no libera al ofendido. Si fuera así, todas las personas dañadas cuyos agresores están en la cárcel deberían estar libres y no lo están. Siguen esclavos de sus sentimientos de venganza. La falta de perdón produce amargura, socava las emociones, debilita las energías físicas y carcome la alegría y el gozo. Una persona enojada es el mejor candidato a la escuela de la frustración. Por donde lo mires la falta de perdón es una pésima opción. ¿Estás enojado con tu cónyuge? ¿Hay alguna persona a la que no has perdonado aun cuando pasaron los años? Dios no perdona a quien no quiere perdonar. En otras palabras, el perdón retenido nos hace enemigos de Dios y de nosotros mismos. Renuncia a la venganza. El perdón es necesario para encontrar paz y libertad personal. Deja de hacerte daño. Sé libre. “El matrimonio puede sobrevivir muchas tensiones y presiones exteriores pero pocos matrimonios sobreviven a la muerte emocional que proviene de la falta de perdón”.

 

 

  1. Huye de la tentación: La vía de escape para vencer la tentación sexual no es la oración ni el ayuno, ni siquiera la guerra espiritual. Donald Franz, en su libro En pocas palabras, nos recuerda la historia de dos grandes. Uno de ellos fue Sansón, y el otro, José. Ambos fueron puestos a prueba con la misma tentación, pero con diferentes decisiones y resultados. Ambos fueron a la cárcel, pero José salió de la prisión para dirigirse al Palacio; en cambio, Sansón salió de la prisión para ir al panteón. Conoces la razón: el verdadero éxito no consiste en conquistar a otros sino en conquistarse a uno mismo. La victoria privada precede a la victoria pública.

 

 

  1. Suple las necesidades íntimas de tu cónyuge: Por regla general, la mujer entiende amor con la palabra tiempo, caricias, regalos y gestos tiernos; en cambio, el hombre, sustituye la palabra amor con el vocablo sexo. Varón, enciende la pasión en tu esposa pasando tiempo de calidad con ella, sé respetuoso y atento, valora su vida y sus acciones. Mujer, mantén la llama de la pasión con tu entrega completa en cuerpo y alma. No manipules con sexo, no disfraces con puritanismo, religión o falsa moralidad tu desinterés sexual. Trabaja en tu intimidad, erotiza tu matrimonio. Solo tú puedes hacerlo.

 

 

  1. Nunca mientas: Pocas cosas duelen más que una mentira. ¿Has experimentado el dolor que produce una mentira proveniente de un ser querido? Qué desilusión saber que nos han engañado. Algunas personas después de haber experimentado las consecuencias de una mentira se han vueltas resentidas, gruñonas, amargadas, esquivas y distantes. Puedes edificar tu vida sobre la verdad o dañar con la mentira, solo recuerda que la confianza lleva una vida para que se construya y un instante para que se destruya.

 

 

 Desafío matrimonial

 

Elegirás una de las recomendaciones antes mencionadas para trabajar de modo personal. No la revelarás a tu pareja, sino que mostrarás con tu comportamiento la mejora que intentas hacer.

 

 ¿Permitirías que tu cónyuge te diga qué le gustaría que mejores? A continuación, tú harás lo propio con él o ella. Recuerda: usa de mucha ternura. Tu forma de hablar puede acercarte o alejarte. Más vale hablar despacio y por etapas que dar toda la información de una y acarrearse otro problema. La idea de esta última tarea se relaciona con permitir que sea “el otro” el que nos devuelva una imagen de nosotros mismos. Generalmente “los otros” ven cosas que nosotros no tenemos en cuenta.

 

Extraído del libro “Casados y felices” de Ramon Osorio

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “Ingredientes Esenciales”

 

 

EL CONDIMENTO DEL AMOR

EL CONDIMENTO DEL AMOR

Consejos Para Tener Un Matrimonio Satisfactorio

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 


 

Casarse con la idea de ser feliz y casarse esperando que el cónyuge ‘me haga feliz’, son dos cosas diametralmente opuestas.

 

La felicidad depende solamente de ti y de nadie más.

 

Tu cónyuge podrá contribuir a tu bienestar, pero esperar que él supla todas tus necesidades y te haga feliz, es meramente una ilusión.

 

No tengas expectativas irrealistas. Esperar que tu esposo lleve las medias sucias al lavadero, lave los platos después del desayuno y responda románticamente a todas tus necesidades emocionales; por su parte, esperar que tu esposa satisfaga todas tus fantasías eróticas, responda afirmativamente a tus insinuaciones sexuales y sea madre y esposa a la vez es, sencillamente, prepararse para vivir desilusionado.

 

En lugar de exigir y esperar que tu pareja responda a tus necesidades, toma tú la iniciativa para satisfacer las necesidades de ella.

 

Deja que el amor vuelva tu atención hacia tu cónyuge. ¡Inténtalo! Te sorprenderás de los resultados positivos que obtendrás, no solo porque dar es mejor que recibir, sino porque tu pareja responderá animosamente a tus actos de servicio. Y cuando esto suceda, estarán más cerca uno del otro como nunca antes lo estuvieron. ¿Por qué? Porque la calidad de la relación depende de cuánto se suplen las necesidades de ambas partes.

 

No hagas responsable a tu pareja de tus frustraciones. Hazle saber que vives bien a su lado. No la critiques. Aliéntala. No desapruebes sus acciones o intenciones. Bríndale aceptación y sé su mayor apoyo.

No esperes que tu esposo/a sea como tú. No proyectes tus exigencias en el desempeño de tu pareja. “¿Acaso no quieres que la vida de casado sea un lugar en el que puedas disfrutar al expresarte con libertad y crecer dentro de un ámbito seguro en el que recibas aliento aun cuando fracases? Tu pareja también lo desea, y el amor te da ese privilegio”, Lawrence Kimbrough.

 

Ustedes son seres únicos, con personalidad única y, en el matrimonio, se pueden acercar hasta hacerse uno solo en alma y espíritu, pero sin perder la individualidad.

 

Celebra las diferencias. “Dios sabía que iba a haber un lugar en su plan para los introvertidos y los extrovertidos, para los que piensan y para los que sienten, para aquellos que planean las cosas y para aquellos que son espontáneos. Él hizo que algunas personas fueran soñadoras y, otras, se contentaran con las cosas como están. ‘Diferente’, no significa automáticamente ‘equivocado’”, Mich Temple.

 

Concéntrate en las fortalezas. Es más fácil ver la paja en el ojo de nuestro cónyuge que ver el palo en el nuestro. Aumenta tu habilidad para valorar los aspectos positivos de tu pareja. Adquiere el hábito de admirar los atributos de tu esposo/a y pasa por alto sus debilidades (siempre y cuando no sean fallas morales o de carácter que hieran la relación).

 

Afirma a tu cónyuge. Las parejas que hacen de la afirmación un hábito de vida tienden a incrementar el sentido de valía personal logrando a la postre el cumplimiento de las metas. “La afirmación se convierte en un proceso para animar al cónyuge, lo que provoca que éste utilice todos sus recursos para lograr el más alto nivel de productividad y creatividad”, Fim Conway.

 

“Afinidad, aceptación, autenticidad y asistencia, son todos ingredientes importantes en la receta de las relaciones ricas; pero la afirmación, bueno, permíteme decirlo así: ese es el condimento. No querrás prescindir de eso”, Lee Ostrobel.

 

Desafío matrimonial

 

“Amar es encontrar en la felicidad del otro tu propia felicidad”, Gottfried Wilhelm.

 

  • Piensa en la necesidad más grande de tu pareja. Demuestra tu amor diciendo “sí” a esa necesidad, sin que te lo pida.

 

  • ¿Sabes qué libro le gustaría leer a tu cónyuge? Adquiérelo y léele un capítulo cada noche o mientras toma un baño y se relaja en la bañera.

 

  • Levántate más temprano y prepara un desayuno atípico o cocina una comida internacional para tu pareja.

 

  • ¿Qué debilidades podrías pasar por alto sin que afecte la relación?

 

  • Ten una charla de corazón a corazón y, en un momento, pregúntale sinceramente: “¿en qué puedo ayudarte?”.

 

  • Ora a Dios pidiendo un espíritu de celebración. Podrías inspirarte en las palabras de Proverbios 5:15 y 19:14. “Gracias Señor porque entiendo que mi cónyuge es tu especial regalo para mi vida. Celebro y me alegro en tus bendiciones que llegan por medio de mi pareja”.

 

  • Finalmente, ¿cuándo fue la última vez que le dijiste a tu cónyuge lo importante que era para ti? Jamás des por sentado que sabe cuánto la amas. Todos y cada uno de nosotros necesitamos que nos lo digan de vez en cuando. Así que díselo.

 

 

Extraído del libro “Casados y Felices” – Ramón Osorio

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “El Condimento del Amor”

 

AMOR EN TIEMPOS DE INTERNET

AMOR EN TIEMPOS DE INTERNET

Cuando el Internet Resulta Peligroso para la Paz del Matrimonio.

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 

 

Muchas personas que flirtean en Internet no sienten que están siendo infieles a sus parejas. Sus parejas, en cambio, piensan todo lo contrario.

 

¿Qué es la infidelidad? ¿Basta con pensar en otra persona, con desearla? ¿Es peor enamorarse de alguien o acostarse? La traición, ¿comienza en la mentira o en el contacto físico con otra persona?

 

Jesús dejó bien en claro que en el adulterio no es necesario involucrar los genitales. “Pero ahora yo les aseguro que si un hombre mira a otra mujer con el deseo de tener relaciones sexuales con ella, ya fue infiel en su corazón”, Mateo 5:28 (TLA). Los ‘encuentros cercanos’ (abrazos, besos y caricias), las conversaciones íntimas, tomar un trago solos y a extrañas horas, las llamadas telefónicas inoportunas o demasiado tiempo compartido en Internet con una persona diferente al cónyuge constituyen una traición. No se ha llegado necesariamente al coito, pero existe un lazo emocional que pone en peligro el vínculo marital.

 

Igualmente constituiría infidelidad el hecho de que alguien esté físicamente con su cónyuge, pero excitándose con los recuerdos de otras personas. El consumo de pornografía alienta este tipo de comportamiento. La pornografía genera deseos sexuales que llevan al cónyuge a tener sexo con su pareja pensando en sus fantasías. No está ‘presente’ durante la relación sino que se excita con actividades sexuales que ha visto, ha soñado o ha vivido en el pasado. Sus fantasías son más agradables que sus experiencias en la recámara matrimonial.

 

El concepto bíblico de la fidelidad se puede sintetizar de la siguiente manera: “Para siempre, en cuerpo y alma, sin malos pensamientos ni deseos por otras personas”.

 

Muchas parejas continúan con el matrimonio, aunque no sea lo que soñaron o esperaron, mientras se refugian en una vida alterna de fantasías. Mantienen el matrimonio sin percatarse de que sus pensamientos alimentados por la pornografía en los hombres y por las novelas románticas en las mujeres, han dejado desprotegido y vulnerable al matrimonio.

 

Ya no se extraña al otro, ya no se suspira por su presencia, ya no se siente su ausencia. Aparece una especie de embotamiento; si él o ella están, o no, da lo mismo. Cada uno de ellos siente que vive ‘en paz’ cuando está solo/a, y agobiado/a cuando comparte el espacio con su pareja. Las críticas mordaces y los insultos solapados son la forma de relacionamiento diario. La intimidad es rutinaria, espaciada y poco gratificante. “Normalmente cuando una pareja pasa por una etapa de desencanto y la rutina se instaura como pauta de funcionamiento, crece la posibilidad de la infidelidad emocional. Si solo deseo que llegue el lunes para poder verlo/a en el trabajo, si constantemente quiero hablar o chequear el e-mail para ver si me ha escrito, significa que el fuego está cerca. Aquí puede surgir el engaño, la culpa y el remordimiento”.

 

Hoy en día se permanece mucho más tiempo en el trabajo que con el cónyuge. Este medio facilita las amistades especiales; es decir, personas con las que da gusto hablar, trabajar y relacionarse de modo más directo. Comienzan los coqueteos, las insinuaciones y conversaciones íntimas y privadas, las que, finalmente provocarán conexiones emocionales muy fuertes. Como dijo Catherine Deneuve: “Un flirteo es como una pastilla. Nadie puede predecir exactamente sus efectos secundarios”. Salomón lo dijo así: “La sabiduría te librará de la mujer (persona) inmoral, de las palabras seductoras de la mujer (persona) promiscua… Entrar a su casa lleva a la muerte, es el camino a la tumba”, Proverbios 2:16-18 (NTV) énfasis del autor.

 

Toda persona quiere que su cónyuge sea leal, tanto en acciones como en pensamientos. La infidelidad destruye el matrimonio o hace que la reconstrucción después del adulterio sea un verdadero milagro. El matrimonio es el único ámbito en que Dios bendice las relaciones sexuales. Dentro de los límites del matrimonio la unión sexual debiera ser una verdadera dicha.

 

Por medio de este capítulo Dios mismo quiere hablarte, ¿cuál será tu respuesta frente al dilema que plantea la fidelidad? ¿Existen conductas que corregir, pecados del pensamiento que confesar o, tal vez, lazos emocionales que cortar? Recuerda que diste tu palabra y estableciste pacto con tu cónyuge. Una decisión tan importante debería significar algo. Un hecho tan trascendental de tu vida, como es tu matrimonio, debería moverte a actuar de modo que hagas lo que prometiste hacer.

 

Alguien dijo una vez y con mucha razón: “Si mantienes tus votos de fidelidad, éstos mantendrán tu matrimonio”.

 

 

Extraído del libro “Que tu matrimonio no se arrugue” – José Luis Cinalli

 

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “Amor en tiempos de Internet”

 

 

 

¿CÓMO ELEGIR BIEN?

¿CÓMO ELEGIR BIEN?

¿Cómo Saber si mi Pareja es la Indicada Para el Resto de mi Vida?

Este artículo ha sido gentileza de los Pastores Cinalli, ministros de Dios dedicados a la obra de la restauración sexual y que contribuyen a la formación de matrimonios más sólidos y familias más sanas. Visite su página web “Placeres Perfectos” en (www.placeresperfectos.org).

 

Edificar un matrimonio, y por ende una familia, guarda similitud con la construcción de una casa. Así como ciertas leyes y principios de la arquitectura deben respetarse para que la edificación no corra riesgo de derrumbe, con el matrimonio ocurre exactamente lo mismo. No se pueden violar los principios bíblicos sin sufrir serias consecuencias. A continuación te brindaremos aquellos que son esenciales:

 

  1. Elige siempre la santidad

 

 No existe consejo más importante. ¿Más importante que orar? Sí, pues sin santidad tus oraciones no serán escuchadas: “La maldad de ustedes los ha separado de Dios. Sus pecados han hecho que Dios se tape los oídos y no quiera escucharlos”, Isaías 59:2 (TLA). ¿Más importante que leer la Biblia? Por supuesto. Podrías recitarla de memoria, pero si no la obedeces no te servirá en absoluto. ¿Más importante que fundar una iglesia? Claro que sí. “Olvidó, pues, Israel a su Hacedor, y edificó templos”, Oseas 8:14a. Israel edificó templos sin Dios. ¿Y qué sucedió? “Yo le prenderé fuego a todo lo que construyan”, Oseas 8:14b (TLA).

 

Un Dios santo solo puede tener comunión con una persona que ha sido santificada“… Procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor, Hebreos 12:14 (NTV).

 

La fuerza de Sansón se debía no a su larga cabellera sino a lo que ésta simbolizaba: “El cabello que lleva sobre su cabeza es símbolo de su consagración a Dios, Números 6:7 (NTV). El poder espiritual y la pureza son inseparables. Comparemos a Sansón con Balaam. Sansón reveló el secreto de su fuerza a Dalila, y Balaam le descubrió a Balac el secreto del poder espiritual de Israel. Número 22 registra la historia de un rey llamado Balac quién contrató los servicios del profeta Balaam para que maldijera al pueblo de Israel, pero Dios no lo permitió. Dios protegía a Israel porque permanecía en santidad. Balaam no podía maldecir a Israel entonces, para no perder la recompensa, concibió un plan diabólico. Le enseñó a Balac una forma en que Israel perdería la presencia y la bendición de Dios. Le aconsejó que sus mujeres sedujeran a los hombres de Israel a cometer inmoralidad sexual: “Tengo unas cuantas cosas en tu contra: que toleras ahí a los que se aferran a la doctrina de Balaam, el que enseñó a Balac a poner tropiezos a los israelitas, incitándolos a… cometer inmoralidades sexuales”, Apocalipsis 2:14 (NVI). Balaam le dio a Balac el código secreto para que Israel perdiera la presencia, y por ende la protección: Los israelitas tuvieron relaciones sexuales prohibidas con las mujeres moabitas… Ellas los invitaron a sus fiestas. Allí comieron juntos y adoraron a los dioses de los moabitas. Fue así como el pueblo de Israel adoró al dios Baal-peor. Entonces Dios se enojó muchísimo, Números 25:1-3 (TLA).

 

La mayor derrota de Israel fue perder la PRESENCIA DE DIOS. Es como si Balaam le hubiera dicho: “Si puedes lograr que ellos pierdan la santidad, perderán a Dios y también su bendición”. La falta de santidad aleja a Dios de nuestras vidas. “El Señor… anda por tu campamento para protegerte… Por eso tu campamento debe ser un lugar santo; si el Señor ve algo indecente, se apartará de ti, Deuteronomio 23:14 (BAD).

 

Felipe Henry solía decir a sus hijos: “Procuren agradar a Dios y se agradarán el uno al otro. Les deseo santidad y estoy seguro de que tendrán entre ustedes felicidad”.

 

  1. Elige una pareja santificada.

La mayor debilidad que los hijos de Dios han revelado desde el principio de la humanidad ha sido escoger para sí cónyuges inconversos. Dios había ordenado expresamente que no se emparentaran ni adoptaran las costumbres de las naciones paganas: “No hagas tratados… no te unas en matrimonio con su gente… porque ellos harán que… se aparten de mí para rendir culto a otros dioses. Entonces el enojo del SEÑOR arderá contra ti, y pronto te destruirá…”, Deuteronomio 7:2-4 (NTV). Sin embargo: Los israelitas no obedecieron, sino que permitieron que sus hijos y sus hijas se casaran con gente de esos pueblos, y que adoraran a sus dioses, Jueces 3:5-6 (TLA). Los israelitas se mezclaron con los paganos y adoptaron sus malas costumbres… y eso resultó en su ruina… Por eso, el enojo del SEÑOR se encendió contra su pueblo y… los entregó a las naciones paganas… Sus enemigos los aplastaron y los sometieron a su cruel poder”, Salmo 106:35-42 (NTV). ¿Lo ves? Perdieron la santidad y también la protección. “Pues el SEÑOR ha rechazado a su pueblo… porque… han formado alianzas con paganos, Isaías 2:6 (NTV).

 

El pueblo que regresó del exilio no aprendió la lección, ya que cometió el mismo pecado: “Muchos del pueblo de Israel… no se han mantenido separados de los otros pueblos… se han casado con mujeres de esos pueblos… De manera que la raza santa se ha corrompido… Peor aún, los primeros en cometer este ultraje han sido los líderes…”, Esdras 9:1-2 (NTV). Diez años después Nehemías tuvo que lidiar con el mismo pecado: “En esos días… me di cuenta que algunos judíos se habían casado con mujeres de Asdod, Amón y Moab… Por eso los reprendí, los maldije y hasta golpee a algunos de sus hombres y les arranqué el cabello. Les hice prometer en el nombre de Dios que sus hijas no se casarían con los hijos de esa gente… Les dije que no estaban siendo fieles a Dios por estar cometiendo nuevamente el mismo pecado…”, Nehemías 13:23-27 (PDT). ¿Aprendieron la lección? Jamás: “Judá… ha violado la santidad del templo… y los hombres de Judá han tomado por esposas mujeres que adoran a dioses falsos, Malaquías 2:11 (DHH).

 

Ahora lee cuidadosamente lo que dice el Nuevo Testamento: “No se unan ustedes en un mismo yugo con los que no creen. Porque ¿qué tienen en común la justicia y la injusticia? ¿O cómo puede la luz ser compañera de la oscuridad? No puede haber armonía entre… un creyente y un incrédulo”, 2ª Corintios 6:14-15 (DHH).

 

Hasta cuando Dios da permiso a una viuda para volver a casarse añade esta condición vital: “con tal que sea en el Señor”, 1ª Corintios 7:39. “La mujer casada está ligada por la ley mientras su marido vive; pero si su marido muriere, libre es para casarse con quien quieracon tal que sea en el Señor, 1ª Corintios 7:39. “En el Señor” puede significar “con su bendición”. El consentimiento de los padres es importante pero, ¿y qué de tu Padre celestial? ¿Dará su consentimiento para que te unas a una persona inconversa? A lo largo de los tiempos los santos han pagado un alto precio por las uniones profanas. Dalila fue una maldición para Sansón. Mical tampoco ayudó a David. Hubiera sido mejor que se casara con la más pobre de todo Israel, sin más que la ropa que vestía, en lugar de aquella compañera arrogante que se burlaba de él por celebrar la fidelidad de Dios.

 

Antes de concluir con este punto queremos hacer una salvedad: puede existir yugo desigual aun entre creyentes. La Biblia dice: “Cómo andarán dos juntos, si no estuvieren de acuerdo”, Amós 3:3. Que una persona diga ser cristiana no es razón suficiente para que te cases con ella, ni para que te asocies en los negocios o la tengas en tu círculo íntimo. El que vaya a la iglesia no es garantía, ya que el diablo no se pierde ningún culto y toma nota de todos los mensajes. Necesitamos discernimiento para saber con quién asociarnos. Cuando Esdras comenzó a edificar el templo los enemigos quisieron colaborar. Los enemigos… fueron a ver a Zorobabel y a los jefes judíos, y les dijeron: “Déjennos ayudarlos a reconstruir el templo de Dios. Nosotros adoramos al mismo Dios que ustedes. Desde que el rey… de Asiria nos trajo a vivir aquí, hemos estado presentando ofrendas a Dios, Esdras 4:1-2 (TLA). El Espíritu Santo afirma que son enemigos, pero ellos dicen adorar y presentar ofrendas al mismo Dios. Y en parte decían la verdad. Adoraban a Dios sin dejar de adorar a sus dioses. Eran sincretistas y querían infiltrarse para detener la obra de Dios. Recuerda que esa es la estrategia del diablo: mezclar lo malo con lo bueno. Jesús nos ensenó este principio en la parábola de la cizaña. Él dijo que el enemigo sembró la cizaña en el campo de trigo. Suele faltarnos el discernimiento espiritual a la hora de asociarnos, ya sea en el matrimonio, los negocios o el ministerio. ¿Y cómo nos damos cuenta de que una persona es realmente del Señor? Por sus frutos: “Ten cuidado de los falsos profetas que vienen disfrazados de ovejas… pero en realidad son lobos feroces. Puedes identificarlos por su fruto, es decir, por la manera en que se comportan. ¿Acaso puedes recoger uvas de los espinos o higos de los cardos?… de la misma manera que puedes identificar un árbol por su fruto, puedes identificar a la gente por sus acciones, Mateo 7:15-20 (NTV).

 

En conclusión, no te quedes atontado ante lo que ven tus ojos ni compres todo lo que te ofrecen. Lleva todo asunto ante el trono del Señor. Algunas cosas pueden resultar atractivas, pero provenir directamente del infierno.

 

Extraído del libro “Consejos Íntimos” – José Luis Cinalli y Silvia Cinalli

 

 

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Pastores Cinalli

Extraído de página web www.placeresperfectos.org

Artículo “¿Cómo elegir bien?”

 

 

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