ANSIEDAD Y COVID-19

¿Cómo controlar la ansiedad en tiempos de pandemia y cuarentena?

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una emoción natural y necesaria para el cuerpo, ya que es la encargada de alertarnos ante una señal de peligro. Esta alerta, provoca que se activen varios mecanismos en nuestro organismo, tales como: respiración entrecortada, preparación muscular para movimientos rápidos, agitación, aumento del latido cardíaco, entre otros, todo esto para preparar al cuerpo para 2 cosas: hacer frente al peligro o huir del peligro.

 

Para entender un poco más lo que sucede con la ansiedad en nuestro cuerpo, si por ejemplo suena la alarma de incendio de donde uno trabaja o estudia, se activarán todos los mecanismos de huida en el cuerpo gracias a la ansiedad que provoca esta situación: correré más rápido, me moveré con mayor velocidad e incluso puede que me sorprenda en poder cargar a alguien en brazo para ponerlo a salvo o incluso ni siquiera percatarse de cómo llegué a una zona de seguridad a esa rapidez y destreza. Bueno, eso es gracias a que el peligro te alertó, subió tus niveles de ansiedad lo que provoca en tu cuerpo la activación de todo lo necesario para poder protegerte.

 

El problema

 

Como ves, la ansiedad no es una emoción mala, gracias a ella puedes sobrevivir ante situaciones de peligro, sin embargo, a veces se elevan nuestros niveles de ansiedad sin existir un peligro real, sino que nos imaginamos realidades alternativas donde corremos peligro, por ejemplo: fantaseamos que en una exposición me olvidaré de lo que debo decir (peligro moral), o que la persona que me gusta me rechazará si me declaro (peligro emocional), o si el jefe me pide conversar, automáticamente pienso que es para decirme algo malo (peligro laboral), entre otros. Llamaremos a estos tipos de peligros como “peligros imaginarios”, puesto que no suceden en la vida real, pero al crear en nuestra mente esos escenarios alternativos, el cuerpo se activa con la misma intensidad como si estuviera ocurriendo en la vida real. Cabe señalar, que gran parte de nuestra vida enfrentamos más peligros “imaginarios” que aquellos que son reales. Frente a esto, se puede decir que existen dos problemas respecto a la ansiedad:

 

  • Así como se activa ante una sensación de peligro real, se puede activar con la misma intensidad con un peligro imaginario: Como bien comentábamos, es común en el ser humano querer anticiparse a las cosas del futuro, y por lo general, nos inventamos escenarios mayoritariamente perjudiciales, provocando que en esta situación de peligro imaginario nuestro cuerpo se estrese ante esta fantasía y, por consiguiente, la ansiedad se active en nosotros como si lo estuviésemos viviendo de una manera real, aunque esa realidad sólo esté en nuestra mente. En Proverbios 4:23 (RV60) dice “Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; porque de él mana la vida”, ¿y qué es el corazón? Evidentemente, en este pasaje no se refiere al órgano del cuerpo, sino a todo lo que implica nuestra alma, es decir: nuestros pensamientos, nuestros sentimientos, nuestras creencias, es por eso que en la versión Lenguaje Actual en vez de “corazón” dice “mente”, como una forma de explicar que debemos cuidar nuestros pensamientos, porque dirigen nuestra vida. Es por eso que hay que evitar afanarse con el futuro o con lo que vendrá. Jesús habló de eso en Mateo 6: 25-34, siendo muy importante en cómo termina esta parte de su sermón que habla sobre el afán y la ansiedad, diciendo: “Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán. Basta a cada día su propio mal” (Mateo 6:34, RV60). Si guardamos nuestro corazón, y como dice en 1° Pedro 5:7 si echamos todas nuestras ansiedades sobre Dios, porque confiamos en que Él tiene cuidado de nosotros, estaremos un paso más cerca de poder vencer nuestros afanes y ansiedades, ya sea por la pandemia, por luchas, por problemas o por cualquier cosa que pudiese venir.

 

  • Después del peligro, la calma… La ansiedad, así como sube, baja cuando cesa el peligro, pero no siempre es así: ¿Por qué? Porque tenemos la mala costumbre de preocuparnos en vez de ocuparnos. La palabra preocupación es muy interesante: Pre (antes) – Ocupación (ocuparse), el problema es que nos preocupamos sin ocuparnos, y peor aún, podemos estar todo el día rumeando pensamientos que no nos benefician inventando alternativas a la realidad las cuales no siempre tienen un futuro mejor. Esta mala mezcla de no ocuparse de los problemas y de rumear en la mente constantemente la situación provoca que el cuerpo siempre se mantenga en alerta, no permitiendo el cauce natural de la ansiedad, que es que una vez que se esfume la situación de peligro, esta baje. Esto puede provocar muchos malestares, tales como: dolores de cabeza, problemas estomacales, dolores musculares, sensación de ahogo, taquicardia, sudoración, temblor, problemas para conciliar el sueño, bruxismo (apretar la mandíbula), crisis de angustia (llorar angustiosamente sin razón aparente), arrebatos de ira (perder el control del enojo), o incluso, volverse un problema en la salud mental con las famosas crisis de pánico, donde la persona cree que se va a morir o que se va a volver loca a causa de padecer con intensidad estas sintomatologías mencionadas.

 

Otra mala práctica que el ser humano tiene y que no favorece a que los niveles de ansiedad se reduzcan, es que cree erróneamente que debe tener el control de todo. Esto es una creencia equivocada porque con suerte podemos controlar nuestra lengua, y en relación a todos los factores de nuestra vida son pocas las cosas que efectivamente están bajo nuestro control. Esta necesidad de querer tener todo bajo control puede desesperar mucho a la persona y mantener su estado de alerta por tiempos mayores a los necesarios, provocando que su mente y cuerpo se resientan.

 

La Solución

 

  • Desde la psicología: Cabe señalar que, si la persona presenta crisis de pánico, lo mejor es asistir a un terapeuta de profesión psicólogo que le ayude a tener manejo y control sobre su ansiedad. Es una sensación horrible tener crisis de pánico, no es necesario que pase por esa lucha de manera solitaria. Si sólo tiene sintomatología ansiosa, existen algunas técnicas naturales para poder ayudar a bajar los niveles de ansiedad en el cuerpo, entre ellas son:

a. Ocuparse en vez de preocuparse: Como mencionamos antes, no sacamos nada preocuparse si no nos vamos a ocupar. A veces por temor no tomamos las riendas de nuestra vida, culpamos a otros, esperamos que otros hagan lo que uno debe hacer o simplemente esperamos que se resuelva solo, esto definitivamente no ayuda. El otro extremo también es perjudicial, es decir preocuparse en exceso y querer tener todo bajo control. Lo que pasa en el mundo está lejos de estar bajo nuestro control, pero sí está bajo el control de Dios Todopoderoso. Debemos descansar en esa verdad. En definitiva, mantener el equilibrio de hacer las cosas que dependen de mí, pero sin afanarse. Descansar en que Dios hará su parte en el tiempo perfecto de Él es lo más saludable para nuestra mente y cuerpo

 

b. Estimulación digital: En la boca tenemos sensores que cuando son presionados, bajan nuestros niveles de ansiedad, por eso nos da por comer o mordernos las uñas o llevarnos cosas a la boca. Esos mismos sensores se encuentran en la yema de los dedos, por lo que: escribir, pintar, tejer, amasar, bordar o cualquier actividad que implique mantener la yema de los dedos presionadas va a generar el mismo efecto. ¿Estás angustiado(a)? transforma ese dolor en arte.

 

c. Movimiento: Está comprobado que el movimiento ayuda a bajar los niveles de ansiedad, es por eso que cuando uno está muy ansioso puede que tengamos temblores, nos tirite el ojo o nos de el síndrome de la pata loca (mover el pie de manera constante). Es por eso que actividades como: hacer caminatas, correr, bailar, cantar (las cuerdas vocales son un músculo), o cualquier otro deporte o movimiento nos ayudará a bajar nuestros niveles de ansiedad.

 

d. Técnicas de Respiración: Existen varias técnicas de respiración, entre ellas podemos encontrar la respiración diafragmática, la cual consiste en tener una respiración profunda donde al inspirar se infla el abdomen y no se mueve el pecho ni los hombros. Esta respiración es sumamente efectiva para dominar cualquier emoción intensa, incluso el miedo, la ira o la ansiedad. También existen las técnicas de control de respiración por tiempo, tales como la 3x3x3 o la 4x7x8, donde ambas poseen el mismo principio. Por ejemplo, en las 3x3x3, se inspira en un periodo de 3 segundos, se mantiene el aire dentro del cuerpo por 3 segundos, y se exhala por 3 segundos, esta es muy efectiva para dominar las emociones, mientras que la 4x7x8 se hace lo mismo, pero se inspira por 4 segundos, se mantiene por 7 segundos y se exhala por 8 segundos, esta última es muy buena para aquellas personas que tienen insomnio, promoviendo poder conciliar el sueño.

 

  • Desde el cristianismo: Dios le otorga a su pueblo herramientas para poder hacer frente a cualquier adversidad o situación que éste viva. Según las escrituras, estas son las 3 herramientas principales que todo creyente puede acudir en tiempos de aflicción:

    a. Ayuno y oración:
    Cada día estoy más convencida que la única persona que se beneficia con la oración y el ayuno es uno mismo. Dios ya sabe nuestras necesidades, conoce nuestro corazón, no es una necesidad para Él nuestra oración, sin embargo, muchas veces nuestras peticiones son modificadas cuando vamos a los pies del Señor, dándonos cuenta que muchas de ellas pueden ser egoístas, o que se fundamentan en falta de perdón, y el Espíritu Santo que nos guía a toda verdad nos orienta sobre cómo pedirle a Dios lo que realmente necesitamos: capacidad de perdonar, vencer el temor, tener más confianza en Dios, etc. Cuando oramos y ayunamos podemos ver las cosas más profundas de nuestro corazón y poder darnos cuenta de nuestra real condición. A veces huimos de la verdad que podemos encontrar en Su presencia por lo mismo, para no aceptar lo que el Espíritu Santo nos tiene que decir respecto nuestra condición, pero eso mismo puede que sea aquello que mantiene mi angustia y mi ansiedad.

 

b. Cánticos de Adoración y Alabanza: Es natural quejarse en tiempos difíciles y de aflicción, también es natural buscar culpables o responsables de lo que nos está sucediendo, sin embargo, es sobrenatural hacer lo que hizo Job 1:21 (RV60) “dijo: Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito”. Ya se mencionó que cantar por sí mismo es una herramienta natural para bajar los niveles de ansiedad, pero si sumamos a eso el poder espiritual que posee la alabanza, intensificamos su efectividad. No hay que olvidar que en el capítulo 6 de Josué, se nos relata cómo los muros de Jericó fueron derrumbados, ¿cómo cayeron? A causa del poder de la alabanza de su pueblo. La alabanza puede romper cadenas, sacar la venda de los ojos, convencer al corazón de los atributos de nuestro Dios, entre tantas cosas. ¿Estás angustiado? Alaba, en la prueba alaba, que así como dice el corito antiguo, “tu alabanza Dios escuchará” y subirá como olor fragante a Él, porque estás haciendo algo sobrenatural, lo estás exaltando no por tus circunstancias, sino porque reconoces que Dios está por sobre tus problemas o tu pesar.

 

 c. Lectura de la Escritura: Cuando Jesús fue tentado en el desierto por Satanás, respondió a cada ataque con la misma frase: “escrito está”. Jesús en su poder pudo hacer venir legiones de ángeles celestiales para hacerle frente a Satanás, o pudo llevar al enemigo a otra dimensión, pero no fue necesario, Jesús nos enseña con su ejemplo como enfrentar los dardos del enemigo: “Escrito está”. Por eso es importante meditar en las escrituras y aprender lo máximo de ellas, para que cuando venga el tentador, no sucumbir ante sus maquinaciones, sino que podamos resistir al diablo con “escrito está, Dios tiene cuidado de mí” (Salmos 34), “escrito está, los pensamientos de Dios a mi vida son de bien y no de mal” (Jeremías 29:11), “Escrito está, Dios me ama tanto que envió a su único Hijo para que no me pierda en este mundo, sino para que tenga vida eterna” (Juan 3:16), “Escrito está, Dios es mi pastor, nada me faltará” (Salmos 23), entre tantos otros. Si no la leemos, difícilmente podremos defendernos de los ataques del enemigo, o incluso de nuestros mismos pensamientos. Por eso, es de vital importancia escudriñar las escrituras, recordando que como dice en Oseas 4:6a “Mi pueblo está siendo destruido porque no me conoce”. Que nuestra vida no sea destruida por el enemigo o por nosotros mismos a causa que no conozcamos a Aquél que nos amó con amor inagotable desde el vientre de nuestra madre.

 

Debemos recordar, que Dios es soberano y permite que sus hijos pasen por fuego para que estos sean más puros que el mismo oro y también, que Dios es un Padre tierno el cual, a pesar de hacernos pasar por fuego, nos ofrece consuelo, descanso, gozo y paz a los que buscan su presencia. Finalmente, la base de la ansiedad y la angustia es el temor, e incluso, la falta de fe y confianza en Dios, por eso te invito a que si estas ansioso(a) o angustiado(a) le pidas en oración que su perfecto amor eche fuera todo temor y que incremente tu confianza en Él, así serás perfeccionado(a) en el amor del Padre Celestial.

 

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Psicóloga Gianina Schiavi Canessa

Iglesia Cuadrangular Hualpén, VIII Región del Bío-Bío, Chile.

Estudiante Bachillerato en Teología del Instituto Bíblico Nacional.